La Policía Nacional, en momentos en que el tema principal en la boca de los dominicanos se concentra en el caso Coral y otros ligados a corrupción, y donde están involucrados militares y policías, hace muy bien en construir y remodelar instalaciones deportivas en varios puntos del país.
Desde hace un tiempo a la fecha observamos cómo miembros de la Policía se trasladan a diferentes puntos del país, donde constatan el estado de canchas, con el objetivo de ponerlas en condiciones aceptables para el disfrute de la población, en especial de niños y jóvenes.
Es una medida que debió haber implementado desde hace años, porque la realidad es que se ha visto siempre a esa Policía siempre ligada a escándalos y muy alejada de la población, por lo que su reputación actual es pésima.
Hace poco inició la construcción de un ‘’minicomplejo” en el populoso sector La Zurza, del Distrito Nacional, que ojalá sea terminado a la mayor brevedad; también la pasada semana, reconstruyeron una cancha de baloncesto y voleibol en el municipio de Villa Vásquez, provincia de Montecristi, con la cooperación del Ministerio de Deportes.
Ojalá que la Policía prosiga e intensifique ese programa de integración y acercamiento con las comunidades, porque ayuda a la juventud, y al mismo tiempo mejora un poquito la ya demacrada imagen que todavía mantiene hacia ella una gran parte de la población.
El tiempo se agota
Cada día parece más distante la adecuación y mejora física del estadio Quisqueya Juan Marichal para la realización de la próxima Serie del Caribe.
El tiempo pasa y de acuerdo a los ingenieros, si se buscan resultados positivos, habría que iniciarlos varios meses antes.
Sin embargo, todo se ha mantenido en casi absoluto silencio, incluso de parte de la propia Confederación de Béisbol del Caribe, entidad que organiza ese espectáculo.
Lo que sí hay que explicar claro es de dónde saldrán los millones para esos trabajos, porque ante una crisis económica como la actual, producto de la pandemia, no sería correcto dedicar millones del Estado en esa obra, que por ser una actividad privada, debe ser costeada por sus miembros.
Se podrá alegar que en otras oportunidades los gobiernos han efectuado esas reparaciones, pero no creo que estemos en el momento adecuado, aunque en este país, “nada es imposible y el día más claro llueve”.