La pobreza deja ver su inconfundible cara a lo largo de línea fronteriza

La pobreza deja ver su inconfundible cara a lo largo de línea fronteriza

La pobreza deja ver su inconfundible cara a lo largo de línea fronteriza

El muro con verja y alambre de trinchera es un elemento extra de seguridad. Está del lado dominicano, a dos metros. Ismael reynaldo

Elías Piña.-Es fuerte el contraste entre la parte sur de la provincia Elías Piña, con su municipio cabecera Comendador en el centro, y la parte norte con el municipio Pedro Santana junto al río Artibonito.

La pobreza es lo primero que llama la atención cuando se mira a ambos lados. Hay que ser un estoico para vivir en algunos puntos de la franja fronteriza, pero es de dudar que estos hombres y mujeres estén equipados con los recursos espirituales del estoicismo.

Visto de este a oeste, Haití empieza allí, en una franja sinuosa que no tiene explicación razonable. ¿Por qué la línea fronteriza tiene esta forma irracional? La pregunta fue hecha ante una parte de los que recorrieron la carretera internacional el sábado pasado con los ministros de Defensa y de Medio Ambiente Carlos Luciano Díaz Morfa y Orlando Jorge Mera.

Cualquiera puede arriesgar la hipótesis de que soltaron un burro y le siguieron el rastro. Sin embargo, un alto oficial, el general Santo Domingo Guerrero Clase, dijo que cuando iban a ser fijados los límites definitivos, en el año 1936, el entonces presidente Rafael Trujillo Molina dijo que no quería lomas y que, como consecuencia, habían sido establecidas todas aquellas vueltas sobre el terreno.

¿Y por qué no quería lomas el presidente Trujillo? De acuerdo con Guerrero Clase, porque era más difícil la vigilancia de la frontera. El breve intercambio terminó en risas cuando Jorge Mera, que había asistido al intercambio de preguntas y respuestas, dijo con sorna: “Pregúntenle al que escribió La isla al revés”.

Somos muy pobres
Los comentaristas suelen decir de Haití que es uno de los países más pobres del mundo y el más pobre del continente americano. Es una prueba de que una alta densidad poblacional no es suficiente para el éxito económico, el interés comercial y la eficiencia social.

De las provincias fronterizas, Pedernales tiene una promesa de mejoría material en el turismo de sol y playa y una oportunidad un poco más laboriosa y menos popular en la minería, si es que los planes alrededor de Bahía de las Águilas llegan a concretarse.

Bahoruco, en cambio, no tiene otra oportunidad que la de convertirse en receptora de empresas protegidas por una ley de incentivos que patina en el Congreso Nacional bajo la presión de intereses encontrados.

Tal vez el turismo le deje una cuota marginal si este negocio vuelve con impulso en los próximos años y se consigue la manera de integrar el circuito del Lago Enriquillo en una fórmula atractiva.

Dajabón y Montecristi son de otro ambiente. Se encuentran hacia el norte y por allí es relativamente fácil conectar con el Cibao, el gran valle de todo el Caribe isleño.

Si la capital de la isla hubiera sido establecida en la banda del norte la parte sur hubiera quedado huérfana sin los dos grandes centros administrativos que han venido a ser Santo Domingo y Puerto Príncipe.

La internacional
Elías Piña, que fue hasta mediados del siglo pasado parte de la provincia San Juan, carga con la franja más pobre y despoblada de la frontera.

Tiene una carretera internacional hermosa cuando se la pone así, sobre el papel, pero dura e intransitable cuando se le recorre.

No se trata de una pista para vivir una aventura extrema, es un camino de tierra del que los vehículos levantan una nube de polvo en los períodos de sequía, como el que atraviesa el país desde los últimos días de noviembre, y que se vuelve un lodazal en tiempo de lluvias.

Bordeada de montañas sin árboles y apenas algunos habitantes a uno y otro lado, es una buena opción para una carretera norte-sur que pudiera facilitar la comunicación entre Montecristi, Dajabón y Elías Piña, con San Juan, el otro valle notable de la isla por su fertilidad.

También pudiera ser promovida como atractivo turístico entre nosotros que, según las cifras del Ministerio de Turismo, estamos dando muestras de una cierta capacidad material para el ocio.

Con guías instruidos, capaces de recitar datos y biografías de don Antonio de Osorio, que al despoblar una parte de la isla en 1606 se convirtió en el protopadre de la nación haitiana; de Florvil Hippolyte, el presidente haitiano que promovió la intervención del Papa en la dilucidación internacional del perenne conflicto fronterizo dominico-haitiano; de lo que había más allá, por el curso del Artibonito, hasta Las Caobas, San Rafael y San Miguel de la Atalaya, antes de que Jean Pierre Boyer se anexara la parte española de la isla en 1822, y de Trujillo, que construyó la Carretera Internacional (DR-45) en el año 1939.

Detalles
En el plano militar la frontera está cuidada. En el plano medioambiental hay muchas cosas por hacer, entre ellas reforestar y fomentar cultivos sostenibles, como pudiera ser la acuicultura, la cunicultura y la producción de pienso a partir de las aguas del río Artibonito y sus afluentes, que fluyen sin control ni medida.

Pero, ante todo, que no falte el agua, que ahora escasea.
Lo social y lo económico no están cuidados como lo militar, pero esto no depende de ellos.

El espejo social y económico inmediato que tienen los dominicanos de la frontera son los haitianos y viceversa, pero ambos son muy pobres y acaso con las mismas ganas de irse hacia el este, que es como decir de San Juan hasta Punta Cana, en busca de mejor vida.

La frontera

—1— Distancias
Ir de la capital a la frontera toma más de 3 horas a cualquiera de los dos puntos de paso centrales. En cambio, si se trata de Pedernales, en el sudoeste, más de 4 horas, y a Dajabón, en el nordeste, 4 horas.
—2— Electricidad
Paneles solares suplen la falta de energía.
—3— Comunicación
Las comunicaciones telefónicas son difíciles.

Los refuerzos militares son notables
Coyuntura. ¿Qué pueden hacer los militares dominicanos en la frontera si se producen revueltas sociales en Haití?

Es una medida preventiva destinada, más que nada, a darle seguridad a los dominicanos, de acuerdo con el ministro de Defensa, Carlos Luciano Díaz Morfa.

Es mejor prevenir que lamentar, dice un conocido refrán. Y está muy bien, porque nada menos que el domingo el presidente de Haití, Jovenel Moïse, habló a su pueblo para anunciarle que se propone mantenerse en el mando hasta el día 7 de febrero del año que viene; la oposición empezó ayer a disputarle el poder con el nombramiento de un presidente provisional.

Haití va a tener, desde el punto de vista político, un año 2021 que puede ser complicado.



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