María José del Valle, en el centro, ha sido operada de cáncer de páncreas con radiofrecuencia en Barcelona.
Cada día más de 1.200 personas en todo el mundo son diagnosticadas con cáncer de páncreas, que tiene una de las tasas de supervivencia más bajas de esta enfermedad.
Pero ahora puede haber un gran avance para los pacientes.
El cáncer de páncreas es uno de los más agresivos. Según la American Cancer Society, en el mejor de los casos la tasa de supervivencia a 5 años es del 14%, mientras que en el peor de los pronósticos es de sólo el 1%.
Ahora el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona (España) está probando una técnica pionera que podría mejorar esta situación. Se llama radiofrecuencia y con este procedimiento ya han operado con éxito a tres personas.
Estos pacientes sufrían un tipo muy concreto de cáncer de páncreas, un adenocarcinoma de páncreas localmente avanzado, inoperable con las técnicas tradicionales y cuyo único tratamiento es la quimioterapia paliativa.
Por lo tanto, la radiofrecuencia podría ser eficaz como alternativa a la quimioterapia paliativa a la hora de tratar el cáncer de páncreas de peor pronóstico.
Una técnica innovadora
Esta técnica consiste en introducir una aguja que permite aplicar temperaturas de hasta 80ºC directamente en la zona tumoral. La elevada temperatura abrasa las células.
La aguja cuenta también con un sistema de refrigeración. «En este tipo de intervención se emplea un sistema de enfriamiento que permite introducir fluidos refrigerantes que llegan a zonas como el duodeno para evitar que se calienten en exceso», explica la cirujana Elizabeth Pando, del Hospital Vall d’Hebron.
Se trata de un procedimiento que ya se usa en otros tipos de cáncer como tumores de hígado, riñón y pulmón, pero que no se había aplicado nunca al cáncer de páncreas.
«Nadie nunca se había atrevido a hacerlo, y el estudio rompe esa barrera», asegura Pando.
Hasta ahora se consideraba que la radiofrecuencia no se podía aplicar en el cáncer de páncreas porque conllevaba demasiados riesgos debido a la localización del tumor, rodeado de arterias y venas mayores.
Si los resultados se confirman, a partir del 2020 o 2021 este procedimiento podría ser una «gran opción» para los enfermos de cáncer de páncreas que no pueden ser intervenidos quirúrgicamente.
Las operaciones se han llevado a cabo en el marco de un estudio liderado por el Academic Medical Center de los Países Bajos.
En el estudio se estima que alrededor del 40% de los pacientes tienen cáncer de páncreas localmente avanzado en el momento del diagnóstico. La supervivencia media de los pacientes con esta enfermedad es de alrededor de ocho meses.
Una de las causas de la alta mortalidad del cáncer de páncreas es que los síntomas que provoca son tan inespecíficos que el 80% de los pacientes reciben el diagnóstico en fases ya avanzadas.
Una vez diagnosticados, sólo el 20% de este tipo de tumores son operables. Para el 80% restante la única opción es, hasta ahora, la quimioterapia.
«Me daba seis meses de vida»
Una de las pacientes operadas con este método en el Hospital Vall d’Hebron es María José del Valle, que la semana pasada compareció con los médicos de este centro para presentar los resultados de las primeras intervenciones con radiofrecuencia.
María José, que había ejercido de médico toda la vida, estaba en casa de un amigo cuando se dio cuenta de que tenía el brazo amarillo. Tras las pruebas pertinentes le diagnosticaron cáncer de páncreas.
Le ofrecieron participar en el estudio clínico, y en la rueda de prensa aseguró que lo firmó «sin leerlo». Pasó por dos meses de quimioterapia antes de someterse a la innovadora intervención quirúrgica. «Sabía que la supervivencia es baja, yo me di seis meses». Ahora se encuentra «fenomenal».
Por el momento esta técnica sólo se ha usado en pacientes que estaban estables tras meses de quimioterapia.
Si bien los médicos piden cautela, se muestran optimistas. «Si se confirma que esta terapia es eficaz para el adenocarcinoma de páncreas localmente avanzado, contaremos, por fin, con una técnica que permite mejorar el pronóstico de este tumor tan maligno», concluye el doctor Ramón Charco.