La política racista de supremacía blanca promovida por el gobierno de EEUU, su agresividad por el dominio de los recursos naturales del planeta, particularmente los hidrocarburos; su política anti inmigrante; la cárcel de Guantánamo donde se ha comprobado que se practican todo tipo de torturas, muy similar a los campos de concentración nazi.
Las cárceles secretas operadas por la CIA, admitido en su momento por el presidente George W. Bush, estuvieron establecidas en principio en Polonia y Rumania, y actualmente están esparcidas por distintas partes del mundo, incluyendo barcos que operan como cárceles flotantes en movimiento.
El militarismo estadounidense, establecido a través de las múltiples bases militares diseminadas en muchos países del globo, tiene como paradigma a Colombia, donde solo allí están asentadas siete bases militares, preparadas para agredir cualquier país de la región que haya roto o pretenda romper con el hegemonismo estadounidense. Tal es el caso de Venezuela, en amenaza permanente de ser agredida militarmente por Estados Unidos, usando como punta de lanza el territorio colombiano.
La conversión de EEUU en un gendarme internacional, que se ha atribuido el derecho de imponer todo tipo de sanciones y amenazar con intervención militar a cualquier país, incluyendo una potencia como lo es Rusia, país al que le han establecido sanciones económicas y comerciales, constituyendo este hecho una provocación y amenaza a la paz mundial. Todas esas políticas convierten a los Estados Unidos en un país con todas las características de la Alemania nazi, previo a la conflagración de la II Guerra Mundial.
Los Estados Unidos se han arrogado el derecho de decidir qué país puede desarrollar la bomba atómica, y qué país no puede. Esta constituye una política de doble rasero, que pretende que solo los países aliados de EEUU pueden poseer armas de destrucción masiva; un criterio que fomenta deliberadamente el desarme de los países que no simpatizan con las políticas hegemónicas y de dominio mundial de la potencia norteamericana. Esas políticas de desarme la han extendido a países aliados que demuestran ciertos niveles de independencia respecto a las políticas internacionales de Washington. Todo esto constituye una abierta amenaza de dominio mundial, muy similar a las pretensiones de la Alemania hitleriana.
La política interior del gobierno estadounidense se parece cada vez más a las de la GESTAPO. Estados Unidos se está convirtiendo en un Estado policial, en el cual los derechos de las minorías negras y latinas han retrocedido a los tiempos de la lucha por los derechos civiles encabezados por Martin Luther King. Las muertes injustificadas de negros y latinos a manos de la policía estadounidense están a la orden del día.
Han desarrollado la manipulación de los medios de comunicación a un nivel tal, que la maquinaria de propaganda nazi, que encabezó Goebbels, puede parecer, comparativamente, una niña de teta. Se han especializado, a través de los medios de comunicación masiva, en convertir la mentira en verdad y la verdad en mentira. Solo hay que ver el caso de Irak, donde convencieron a la opinión pública mundial de que el gobierno de ese país estaba construyendo bombas de destrucción masiva, lo cual quedó comprobado ser una garrafal mentira, justificando con ese argumento una agresión militar a ese país, que superó en más de cinco veces las víctimas de los ataques con bombas atómicas a las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
El gobierno de EEUU ha decaído a un grado tal que lanza a la juventud estadounidense a sus aventuras militares a través del mundo, y permite que miles de los jóvenes que regresan vivos de los frentes de guerras agresivas sean sometidos a la más terrible abyección, pues en EEUU existen más de cien mil veteranos de guerra merodeando sus calles y avenidas pidiendo limosnas, sin hogar y sin trabajo; que el 10% de los condenados a muerte en la Unión sean veteranos de guerra; que cientos de miles de veteranos padezcan traumas psicológicos que motiva que 22 de ellos se suiciden cada día; y que el 54% de los veteranos padezcan de insomnio.
De modo tal, que tanto en su territorio como en muchas partes del mundo, el sueño americano se ha convertido en la pesadilla americana.