Es un clamor que he escuchado desde mi más tierno uso de razón, ¿cómo se puede pretender paz colocando la responsabilidad en el afuera, cuando dentro de nosotros ocurre el más oscuro de los tormentos?
Y es que pareciera que el ruido interior es donde empiezan las más terribles guerras. La Real Academia de la Lengua Española define la paz “como una relación de armonía entre las personas” ¿pero, estoy relacionado armónicamente conmigo, antes que con el otro, que es mi reflejo?, ¿vivo en coherencia en mi ser, hacer y tener , para no explotar mis carencias en el afuera afectando todo mi entorno vital?
Y es que la paz irradia desde lo que soy, que no es necesariamente sinónimo de tranquilidad, sino de vivir los procesos comprendiendo las diferentes estaciones de la vida, con la amalgama de emociones presente.
Pues tal como dijo Ghandi “la persona que no está en paz consigo mismo, será una persona en guerra con el mundo entero”.