Nuevamente aquí en febrero. Nuevamente pensando y queriendo que febrero sean todos los meses del año, pues dominicanos somos todos y lo somos siempre y, por ende, la patria somos todos y lo somos todos los días.
Y en ese juego de palabras mi pensamiento se va volando con el deseo de que todos entendamos que con cada una de nuestras acciones construimos o destruimos esa casa grande que nos vio nacer, crecer y que, ahora, nos cobija y abraza a nuestro hijos… y son precisamente ellos por quienes debemos predicar con el ejemplo y demostrar nuestro amor con acciones, solo así ellos anidarán en el corazón el verdadero amor y compromiso por cuidar el pedacito de tierra en el que nos tocó nacer.
Es simple… se construye la patria de granito en granito, desempolvando los valores y despertando nuestras conciencias, predicando con el ejemplo… respetando a nuestro prójimo, cuidando nuestras ciudades, amando los símbolos patrios y enseñándoles a nuestros hijos a amarlos de igual o mayor manera, pero sobre todo haciendo vida en nosotros las enseñanzas de nuestros Padres de la Patria.
Recordemos que en los niños sembramos el amor y los valores y según cuidemos de ese sembrado será la cosecha; si cuidamos, protegemos, educamos por el buen camino a nuestros hijos ahora, no habrá que preocuparse por malos hombres de mañana; pues verdaderamente educando a los niños se hace patria.
Seamos para ellos verdaderos guías y educadores.