Recientemente participé en el seminario “Uso integral y sostenible de los recursos hídricos”, gestionado por la embajada de Israel, en coordinación con la Agencia Israelí para la Cooperación Internacional para el Desarrollo y el Centro Internacional de Capacitación Agrícola (Mashav-Matc). Un grupo de veinte personas, en representación de ocho países, estuvimos cerca de 10 días, tanto en encuentros teóricos como en visitas de campo.
Agradecer al pueblo de Israel por esa beca y por compartir sus experiencias con nosotros. No hay forma de cuantificar el valor de lo aprendido.
En Israel el 80 % del agua potable la extraen del mar y de acuíferos salobres, al costo que implica. Las aguas residuales son procesadas en su totalidad y destinadas a la agricultura, siendo esta la principal fuente de agua agrícola.
Israel es geográficamente pequeño, y aun así se ha convertido en una potencia económica y tecnológica, pero su desarrollo ha estado basado en el campo. Ciertamente han aplicado mucha tecnología, pero como nos dijeron: la tecnología es el 5 %, el 95 % es gestión.
Los dominicanos vivimos en un país con tantas riquezas que resulta increíble que no las hayamos aprovechado. Esto se conoce como “la paradoja de la abundancia”, donde los países con más recursos tienden a tener menor desarrollo que países con menos recursos.
Ojalá entendamos el potencial que tienen nuestros suelos y la dicha de tener agua suficiente. Que miremos, como Estado, a nuestros campos, y hagamos de nuestra tierra la principal fuente de nuestras riquezas.