La Paz.- La pandemia de la covid-19, en medio de la tercera ola de contagios que afronta Bolivia, volvió a modificar los actos religiosos de Corpus Christi de este jueves, una jornada festiva en el país en la que gran parte de las celebraciones se ha efectuado por vía telemática.
Gran parte de los templos y las parroquias han optado por difundir en redes sociales invitaciones de transmisiones en vivo para la feligresía en las que detallaron los horarios tanto de la misa como de la exposición del Santísimo y con restricciones parciales en los actos públicos.
“Si no estuviésemos en pandemia hubiésemos organizado una procesión como siempre lo solemos hacer, pero por la pandemia tenemos que celebrar esta fiesta al interior de los templos con participación reducida”, expresó en su homilía el presidente del Conferencia Episcopal de Bolivia, Ricardo Centellas.
Justamente, el clérigo hizo referencia a las características de este tercer pico de contagios con jornadas en las que los casos de la enfermedad en estos últimos días superaron los 3.000 y con registros de decesos mayores o cercanos al centenar por jornada.
“Los hospitales están colapsados, no hay oxígeno. Se nos mueren nuestros hermanos, se nos muere la gente”, recalcó Centellas, que también observó que las vacunas “no llegan para la mayoría de los bolivianos».
La organización de los actos religiosos en el país ha variado según las jurisdicciones eclesiásticas, puesto que unas han optado por admitir el ingreso de fieles a los templos con aforo reducido y otros han organizado pequeñas bendiciones alrededor de los templos para evitar aglomeraciones.
Eventos masivos habituales como los que en pasados años se realizaron en Santa Cruz, la mayor ciudad de Bolivia y una de las más afectadas por la pandemia, en el estadio Ramón “Tahuichi» Aguilera han sido descartados.
El acto mayor en Santa Cruz es una misa en la catedral y una procesión de bendición encabezada por el arzobispo Sergio Gualberti con un claro pedido a los fieles para evitar aglomeraciones.
Lo propio se ha dispuesto en La Paz, sede el Ejecutivo y Parlamento del país, donde no se programaron las procesiones habituales que hace algunos años finalizaban en el Teatro al Aire Libre con la celebración de una misa masiva.
Ante todo esto, la celebración religiosa tiene algunas diferencias con la del año pasado, que también se desarrolló en tiempo de pandemia, cuando ejercía el Gobierno interino de la expresidenta Jeanine Áñez de marcada profesión religiosa.
Los altos funcionarios del Gobierno del presidente Luis Arce no se han pronunciado, a diferencia de lo que pasó hace un año cuando Áñez y varios de sus ministros optaron por participar en los actos religiosos en la Catedral Metropolitana de La Paz.
Tampoco instituciones como el Ejército o la Policía se han sumado con algunos de sus efectivos a las actividades rituales tal como se produjo con la anterior Administración.
El último reporte del Ministerio de Salud del país ha cuantificado 14.732 decesos y 378.028 contagios confirmados desde el inicio de la pandemia en marzo del año pasado.