Francisco Rojas
Septiembre es el mes de la Biblia y es menester hablar un poca de la palabra de Dios.
Un texto de Hebreos 4:12-13 dice: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
La palabra de Dios deja sin excusa quien la lee y la escucha.
Ella tiene la intención de producir un reposo en tu vida. Tú debes de reconocer la habilidad de Dios para descubrir cada detalle de tu pensamientos.
La palabra de Dios, la razón divina que se impregna en el universo, tiene el poder de dividir el alma entre unidades más y más pequeñas, llegando a ser microcirugía entre tu alma y tu espíritu.
Lo que te digo es que la Palabra escudriña el corazón como una espada afilada que divide lo que tú entiendes indivisible, ya sea alma y espíritu o coyunturas y tuétanos.
Tu vida emocional e intelectual debe someterse por igual al escrutinio de Dios.
La palabra de Dios es como leche en la boca de un niño, dice 1 Pedro 2:2: “Desead como niños recién nacidos la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis para salvación.
