Soldados suecos participan en la primera prueba de los nuevos planes militares de la OTAN en respuesta a la invasión de Rusia a Ucrania.
Hubo una época en la que la OTAN hacía esfuerzos por evitar mencionar directamente a Rusia cuando realizaba sus maniobras militares. En particular por temor a crear una provocación. Pero la invasión rusa a gran escala de Ucrania cambió todo eso.
Ahora, los ejercicios de la alianza se hacen con Moscú en la mente. Uno de los objetivos clave declarados del operativo Steadfast Defender (Defensor firme) es disuadir a Rusia.
Se trata de la mayor maniobra de la OTAN desde el fin de la Guerra Fría, con la participación de un personal militar compuesto por 90.000 personas y que tiene lugar a través del flanco oriental de Europa a lo largo de los próximos meses.
Steadfast Defender también es el primer ensayo de los nuevos planes militares de la OTAN, diseñados para desplegar tropas y equipos a una velocidad y escala que permitan apoyar a cualquier aliado bajo ataque. Y es una reafirmación del propósito de la OTAN: que un ataque contra un miembro generaría la respuesta de todos.
Donald Trump puede haber cuestionado ese propósito de la OTAN, pero Estados Unidos sigue siendo la columna vertebral del mismo.
La primera etapa de los ejercicios está teniendo lugar en la remota nevada región de Finnmark, en el norte de Noruega. No está muy lejos de la frontera de 193 km que ese país comparte con Rusia. Sin embargo, en este escenario Finnmark está siendo invadida por un enemigo ficticio llamado Occasus.
Eivor, una estudiante de medicina noruega y soldado de tiempo parcial de 21 años, cuenta que sus abuelos tuvieron que huir de esta misma región cuando los nazis la invadieron en la Segunda Guerra Mundial.
“Prefiero quedarme aquí y combatir”, afirma. No está esperando que los rusos invadan “pero, por supuesto, siempre tienes que estar alerta”.
Es el primer gran ejercicio de la OTAN en el que participan las fuerzas de Suecia y Finlandia como miembros plenos del grupo.
Se siente un palpable entusiasmo entre sus tropas por ser parte de una de las mayores alianzas militares. También están más dispuestos a identificar la amenaza.
Durante las preparaciones para tomar una playa en un fiordo, un infante de marina finlandés resaltó que no tenía sentido que su país “esté sólo contra Rusia”. Otro añade: “Rusia le tiene cierto miedo a la OTAN”. Un colega sueco dice sentirse “super seguro” ahora que su país se ha integrado a la alianza.
Es un sentimiento que también es compartido por sus políticos.
Los ministros de Defensa de Suecia, Finlandia y Noruega celebraron su nueva unidad nórdica mientras observaban parte del ejercicio: un cruce de fronteras simbólico de tropas finlandesas a Noruega para repeler a los invasores ficticios.
Todos estaban sonrientes mientras posaban para fotografías frente a un lanzador de cohetes.
El ministro de Defensa de Suecia, Pål Jonson, no tuvo reparos en echarle sal a las heridas autoinfligidas de Rusia. Describió la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN como “la madre de todas las consecuencias inesperadas” para Moscú.
Indicó que Rusia había tratado desesperadamente de evitar la adhesión de esos dos países previamente no alineados. Pero había fracasado.
No obstante, la verdad es que la membresía de Finlandia también ha traído a Rusia más cerca de la OTAN, con una frontera compartida de casi 1.300 kilómetros que los aliados ahora también tendrán que defender.
¿Qué tan real es la amenaza?
Nadie está diciendo que Rusia sea una amenaza inminente. Particularmente porque sus fuerzas actualmente están enfrascadas en Ucrania. Pero existe la percepción que, a largo plazo, Rusia también podría tener a un país de la OTAN como objetivo.
Uno de los más altos comandantes militares de Suecia no tiene dudas de que las ambiciones de Moscú van más allá de Ucrania.
El teniente general Carl-Johan Edstrom dice que es cuestión de tiempo: “Estoy seguro que Rusia es una amenaza, así es, y necesitamos ser más fuertes en los próximos 5 a 10 años”.
La OTAN, dice, debe usar esa oportunidad para fortalecer sus fuerzas armadas.
Varios otros jefes militares y políticos europeos también han advertido sobre la posibilidad de que Rusia ataque a un aliado de la OTAN dentro de la próxima década.
Para el vicealmirante Doug Perry, uno de los altos comandantes militares de EE.UU. que supervisa los ejercicios, está claro que “el continente europeo ya está en guerra”.
Por ahora, está confinada a Ucrania. Pero señala que la OTAN necesita “evaluar el comportamiento ruso y la capacidad rusa. Si sumamos las dos debemos estar preparados”.
Él piensa que las recientes adhesiones de Finlandia y Suecia a la OTAN son un reflejo de esa amenaza.
Los países nórdicos, como los estados bálticos, parecen tener un sentido más agudo del peligro. Eso viene de vivir más de cerca a Rusia.
Ellos son los que están intensificando la inversión en defensa más rápido que los otros. También son los Estados que entienden mejor el costo de la guerra, habiendo vivido la amarga experiencia de las invasiones en el pasado.
En esos Estados nórdicos, la defensa también involucra a la población, algo que no ocurre en otras partes de Europa. Todos cuentan con algún tipo de servicio militar, lo que significa que todas las generaciones tienen experiencia militar y muchos continúan sirviendo en las reservas.
Pero no todos en la OTAN están tan bien preparados. En otros lugares de Europa, incluyendo Reino Unido, los ejércitos tienen problemas para reclutar.
Entre las tropas profesionales que participan en estos ejercicios hay miembros de las milicias internas de Noruega, que son mayoritariamente soldados de tiempo parcial.
En estas maniobras actúan como el enemigo, desplazándose rápidamente por las colinas nevadas en motos de nieve y durmiendo a la intemperie con temperaturas bajo cero. La mayoría son jóvenes, esta no es una guardia territorial de viejos voluntarios.
Josefine, una maestra de un jardín infantil de 21 años, dice que “tenemos a muchas personas con experiencia militar y eso me hace sentir más segura, porque estamos en todas partes”.
Por su parte, Elisabeth, una enfermera de 20 años, comenta que “es importante tener personas que realmente quieran defender a Noruega, para todos nos sintamos seguros”.