Quiero dar paso a una comunicación que con motivo de la columna del pasado martes, sobre la decisión de la Liga de jugar el pasado domingo, nos escribe Juan Radhamés de la Rosa.
A continuación el texto íntegro de su misiva:
“Las tragedias que con frecuencia protagonizan estos jovencitos, muchas veces fatales para ellos, pero también para otras personas, ya no son sorpresas.
En nuestro país los jóvenes que se dedican a este deporte son tratados como animales de granjas por el gran negocio que está detrás. Solo importa que sean buenos en el terreno.
No se ocupan de trabajar con ellos para que también sean mejores personas, especialmente conociendo de dónde viene la mayoría.
Por eso no se plantean medidas preventivas que contribuyan a evitar que una actividad que tiene el objetivo de generar entretenimiento y alegría, sea también fuente de tragedias y tristezas.
Es muy probable que en la tragedia que nos ocupa (hay comentarios al respecto) también tengamos un componente de uso de sustancias psicoactivas, como es el alcohol. No sería raro, pues en muchos de estos accidentes se mezclan la velocidad y el consumo de sustancias que alteran la capacidad de conducir.
En nuestro país seguimos viendo la venta y consumo de alcohol con descarado cinismo. Se vende y se consume alcohol con regulaciones mínimas.
Claro, el alcohol no es visto como una droga peligrosa, siendo justamente lo contrario. Junto al tabaco, el alcohol es la droga que más daño hace a la humanidad. Mientras este es consumido por un amplio porcentaje de la población (se estima entre 40 y 60 %), las demás sustancias, todas juntas, no alcanzan el 1 %.
Con relación al segundo aspecto de su comentario, evidencia lo que antes le comento. Es un espectáculo al que solo le importan las cuentas bancarias de sus dueños. Pero no es solo el abuso de las empresas, liga y equipos.
¿Dónde estuvo la Eederación Dominicana de Jugadores? ¿Dónde estuvo la solidaridad, el sentido de humanidad de los mismos compañeros de estos jóvenes que salieron al terreno como ovejas?”.
RADARES.- Siento que en las Águilas, tras su tercer revés en su propio patio, no hay mucha motivación entre sus jugadores, e incluso entre los aficionados. Al momento de escribir esta columna no había comenzado el sexto juego, pero no hay duda que hasta Manny Acta se notaba desmotivado. Bueeno…