Ginebra.-La situación de los civiles en Ucrania se ha vuelto cada vez “más insoportable” tras casi cuatro años de invasión rusa, subrayó ayer el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, quien pidió a los dos países en conflicto gestos que aumenten la confianza mutua durante los actuales acercamientos hacia una negociación de paz.
Esos gestos “podrían incluir el compromiso de no usar armas de largo alcance y drones en zonas densamente pobladas, así como no atacar infraestructuras energética esenciales, como las redes de electricidad y calefacción”, señaló en una actualización oral sobre el conflicto ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Otro gesto podría incluir el intercambio de todos los prisioneros de guerra, y la liberación de todos los civiles ucranianos detenidos para que puedan regresar a sus hogares.
En tanto que el primer ataque con drones submarinos contra un submarino ruso en Novorosíisk marca un giro en la batalla asimétrica por el Mar Negro, mientras que Ucrania y Rusia intentan perturbar mutuamente sus operaciones económicas y militares en la zona.
Ataque sensible
Solo dos submarinos rusos equipados con misiles Kalibr siguen funcionales en el Mar Negro tras un ataque que provocó daños graves a un submarino de clase Kilo realizado por el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) y por la Marina, según aseguró ayer un portavoz de esta última, Dmitró Pletenchuk.
Según el SBU, la embarcación, con un valor de entre 400 y 500 millones de dólares y equipada con cuatro misiles Kalibr, fue golpeada por un nuevo dron ucraniano, el Sub Sea Baby, que le provocó “daños críticos”.
Aunque el Ejército ruso ha desmentido las alegaciones y es imposible verificarlas de forma independiente, un vídeo geolocalizado publicado por el SBU muestra una gran explosión dentro del puerto al lado de varios barcos atracados.
Operación rompedora
La operación requirió extensas preparaciones, subrayó Pletenchuk, que apuntó que el puerto ruso de Novorosíisk, en la costa oriental del Mar Negro, está bien protegido.
Novorosíisk sustituyó a Crimea como principal base rusa en la zona en 2024, después de una serie de ataques con drones y misiles que hundieron o dañaron un tercio de la flota rusa del Mar Negro, incluido el crucero lanzamisiles ‘Moskvá’.
Rusia ya perdió un submarino, que estaba siendo sometido a reparaciones, a consecuencia del impacto de sendos misiles ucranianos en Sebastopol, en septiembre de 2023 y en agosto de 2024, recordó Pletenchuk.
Desde entonces Rusia ha seguido utilizando su Marina para atacar a Ucrania, de manera más reciente el sábado, cuando la usó para lanzar 16 misiles Kalibr. Sin embargo, las embarcaciones permanecen la mayor parte del tiempo en el puerto de Novorosíisk, donde las barreras defensivas las protegen de los drones marítimos ucranianos.
Respuesta de Ucrania
La operación demuestra que las fuerzas ucranianas siguen optimizando sus drones y pueden alcanzar objetivos militares rusos situados a una distancia que hasta ahora las fuerzas de Moscú consideraban segura, según destacó el estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW).
El desarrollo de un nuevo tipo de drones, los submarinos, requerirá una costosa adaptación por parte de Rusia, comentó Andrí Klimenko, del ucraniano Instituto de Investigación del Mar Negro.
Rusia tendrá ahora que pensárselo dos veces antes de ordenar a los barcos que le quedan que abandonen la base para lanzar ataques contra Ucrania y tendrá que reforzar las barreras protectoras situadas cerca del puerto y de la cercana terminal petrolera, escribió en Facebook.
Ataque a submarino
— Estrategia
La operación contra un submarino ruso se produce en un momento en el que Ucrania aspira a fortalecer su posición negociadora para poder evitar concesiones desfavorables a Moscú, bajo presión de Estados Unidos.
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EFE
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