Berlín, 24 de Octubre (EFE).– La ONU alertó este martes de que cada año se pierden al menos 100 millones de hectáreas de tierras sanas y destacó en un informe que los nuevos datos de los que se dispone indican que las tierras “se están degradando más rápido de lo que podemos restaurarlas».
Esa es la conclusión del estudio publicado por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), que anunció el lanzamiento de su primer Panel de Datos, elaborado con informes nacionales de 126 países. Ese panel “muestra el avance galopante de la degradación de tierras en todas las regiones”, según el organismo con sede en Bonn (oeste de Alemania).
El informe indica además que la degradación de tierras se acelera en África, Asia y América Latina. Entre 2015 y 2019, según los datos de la CNULD, el mundo perdió al menos 100 millones de hectáreas de tierras sanas y productivas cada año, lo que equivale a dos veces el tamaño de Groenlandia.
“Estas estadísticas subrayan la necesidad de actuar con urgencia, dado que la creciente degradación de tierras sigue desestabilizando mercados, comunidades y ecosistemas de todo el mundo”, agregan los autores del informe. El Panel de Datos de la CNULD refleja “una realidad alarmante alrededor del planeta y revela disparidades significativas en lo que se refiere a la proporción de tierras degradadas en cada región».
Las regiones de Asia oriental y central, y América Latina y el Caribe son las que experimentan una degradación más grave, que afecta al menos al 20 por ciento de su superficie total. Asimismo, el ritmo de degradación de tierras en África subsahariana, Asia occidental y meridional, y América Latina y el Caribe, supera la media mundial.
En África subsahariana y en América Latina y el Caribe, 163 millones de hectáreas y 108 millones de hectáreas, respectivamente, han sucumbido a la degradación de tierras desde 2015.
La CNULD estima que, a pesar del preocupante panorama mundial, hay ejemplos de países que están abordando de forma eficaz la desertificación, la degradación de tierras y la sequía. Cita que, en África subsahariana, Botsuana ha reducido la proporción de tierras degradadas, pasando a suponer del 36 por ciento al 17 por ciento de su territorio.
En la República Dominicana, la proporción de tierras degradadas cayó del 49 por ciento al 31 por ciento entre 2015 y 2019, y el país está trabajando para restaurar 240.000 hectáreas en la cuenca del río Yaque del Norte y en áreas de producción de cacao en la provincia de San Francisco de Macorís. Destaca que, aunque Uzbekistán registró la mayor proporción de tierras degradadas (26,1 por ciento) en la región de Asia Central, también experimentó la mayor disminución (del 30 por ciento al 26 por ciento) con relación a 2015.
En este país, un total de 3 millones de hectáreas de tierra se han degradado debido a la desecación del Mar de Aral.
Explica el informe que, entre 2018 y 2022, Uzbekistán plantó saxaúl -una planta que habita en los desiertos áridos salobres de Asia Central- en un área de 1,6 millones de hectáreas para eliminar las emisiones de sal y polvo del fondo desecado del de Marzo de Aral.
La CNULD considera que el lanzamiento del Panel de Datos llega en un momento clave, ya que los líderes y expertos mundiales se reunirán en Samarcanda (Uzbekistán) del 13 al 17 de noviembre de 2023 para la 21ª reunión del Comité de Examen de la Aplicación de la Convención de la CNULD (CRIC 21).
Ahí se examinará el progreso global hacia la neutralidad de la degradación de tierras (NDT) y se tratarán cuestiones como la mejora de la resiliencia a la sequía, la promoción de los derechos de las mujeres sobre la tierra y el combate contra las tormentas de arena y polvo. En un comunicado de la CNULD su Secretario Ejecutivo, Ibrahim Thiaw, estimó que el Panel de Datos “revela la rápida pérdida de tierras sanas y productivas en todo el mundo, con graves consecuencias para miles de millones de personas». “
Al mismo tiempo, estamos viendo algunos datos esperanzadores en países que están enfrentado de forma eficaz la desertificación, la degradación de tierras y la sequía”, reconoció. EFE