Santo Domingo.- La uña es parte de los anexos cutáneos, esta localizada en la parte distal de las falanges de manos y pies.
Está formada por células muertas endurecidas (queratinizadas), y descansa sobre el lecho ungueal.
Según la dermatóloga Judith Minaya Polanco, la enfermedad más común de la uña es la onicomicosis (hongos), lo que hace que se torne más frágil, cambie su coloración, se levante o ponga (hueca) y se engrose. La especialista destaca que todo esto se convierte en un dolor de cabeza para el paciente, ya que estética y socialmente no es aceptado.
Línea de tratamientos
“Hay varios esquemas de tratamientos tradicionales que demoran de seis a nueve meses en las manos y de nueve meses a un año en los pies. Los tratamientos antifúngicos (antihongos) vía oral y tópicos pueden provocar daños a nivel hepático, renal, gastrointestinales y alteraciones hematológicas entre otros”, apuntó.
Polanco manifestó que hoy día se ha comprobado que el tratamiento laser para la onicomicosis es de corta duración, no tiene efectos secundarios y es muy efectivo para la erradicación de los hongos de las uñas de manos y pies.
Refiere que se aplican de seis a ocho sesiones con intervalo de una semana, se hace primero un examen micológico y un cultivo, luego se lima la uña para que haya un pequeño desgaste para lograr una mejor penetración del laser en la placa ungueal.
Explica que para prevenir la reinfección se recomienda un cambio en los hábitos de higiene y de calzados.
Es bueno saber que la queratina es una proteína que está compuesta por aminoácidos de largas cadenas con enlaces de azufre y esto es lo que la hace más fuerte que la piel y el cabello.
“La uña es dura, pero vive y crece”. El crecimiento es normalmente de 0.5-1.2 mm por semana, es un promedio de 3 mm al mes.
Las de las manos crecen más que las de los pies, las de la mano derecha crecen más rápido que las de la izquierda, pero la velocidad del crecimiento disminuye con la edad. “Las uñas son útiles para levantar pequeñas cosas, rascar, o raspar algo más duro, pero sobre todo como órgano de protección de las puntas de los dedos, que están llenas de terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos”, concluyó.