BRUSELAS.— A medida que la variante ómicron del coronavirus se propaga por todo el planeta antes del Año Nuevo, los gobiernos implementan medidas con distintos niveles de urgencia para contener esta plaga: algunos han reimpuesto restricciones de inmediato, pero otros titubean, ya que no desean aguar la fiesta una vez más.
En Gran Bretaña, donde la variante altamente contagiosa del coronavirus ha provocado un incremento de los casos hasta nuevos niveles máximos, el secretario de Salud, Sajid Javid, dijo el lunes que no se implementarán más restricciones en Inglaterra antes del Año Nuevo.
El número de nuevos contagios allí rondan los 100.000 diarios, y las hospitalizaciones se incrementaron más del 70% en Navidad en comparación con la semana previa. “Desde luego, cuando lleguemos al Año Nuevo veremos si necesitamos tomar medidas adicionales, pero hasta entonces, nada más”, señaló Javid.
Sin embargo, en otras partes de Gran Bretaña se ordenó el cierre de clubes nocturnos y se impusieron límites a las reuniones en Escocia, Irlanda del Norte y Gales, por lo que el país quedó dividido en la forma como enfrenta la crisis.
Mientras tanto, Holanda ya cerró todas las tiendas no esenciales, restaurantes y bares, y extendió las vacaciones escolares en lo que en gran medida equivale a un nuevo confinamiento.
En Bélgica entraron en vigor nuevas medidas durante el fin de semana y el lunes: Se prohibió ir de compras en grupos grandes, y los cines y las salas de conciertos cerraron a la mitad de la temporada de fin de año.
En Francia, el primer ministro Jean Castex anunció una serie de restricciones que se implementarán a partir de la semana próxima, después de la Nochevieja.
Entre ellas están las siguientes: Los eventos de gran magnitud estarán limitados a 2.000 personas en interiores y 5.000 al aire libre; se prohibirá comer y beber en cines, en sedes de eventos deportivos y en el transporte público; y será obligatorio trabajar desde casa al menos tres días por semana para los empleados cuyo tipo de trabajo lo permita.
Además, se someterá a votación un proyecto de ley en Francia el mes próximo para crear un pase especial que permitirá que sólo las personas que hayan sido vacunadas puedan ingresar a sitios públicos, incluyendo restaurantes, bares y cines.
Se ordenó aplicar las medidas luego de que Francia registró más de 100.000 contagios de COVID-19 en un solo día por primera vez desde que comenzó la pandemia.
En Estados Unidos, el gobierno ha enfatizado firmemente la importancia de las vacunas, de los refuerzos y de las pruebas diagnósticas rápidas. En la ciudad de Nueva York, el mandato que requiere que prácticamente todos los negocios, grandes y pequeños, impidan que los empleados no vacunados acudan a los centros de trabajo entró en vigor el lunes. Fue anunciado hace tres semanas, poco después de que se detectó el primer caso de infección con ómicron en Estados Unidos.
El doctor Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas en el país, advirtió que, con la ómicron, “las cosas se van a poner peor antes de que mejoren”, y dijo que las autoridades deberían considerar seriamente el requerir que los pasajeros en vuelos nacionales estén vacunados. “Cuando se hace que la vacunación sea un requisito, ese es otro incentivo para que más gente se vacune”, declaró Fauci a MSNBC.