Muchas y pocas cosas han pasado desde que el COVID-19 llegó a nuestras vidas. La rutina dio un giro de 180 grados y sigue moviéndose y cambiando.

Sí, ya nada es igual y tampoco creo que vuelva a ser la misma vida que despedimos un divertido 31 de diciembre de 2019, cuando todos celebrábamos la llegada de un nuevo año. Ansiosos y deseosos de comernos el mundo con cada bocanada.

Definitivamente el 2020 nos ha sorprendido, tal vez no de la manera que esperábamos o que queríamos. Este año, a la humanidad le ha tocado replantearse un nuevo orden. Sí, así es, una nueva modalidad, donde todos y cada uno de nosotros tiene en sus manos el bienestar del otro. Tan simple y tan complejo a la vez.

Se han cerrado las fronteras y se ha parado el rápido andar de las industrias, con o sin chimeneas. Cada país, como efecto dominó, fue aislándose y pidiendo a sus habitantes que se queden en casa. Nos hemos detenido para detener ese virus que nos amenaza y que no podemos ver.

Sin embargo, algo tan claro como el agua, el común de los dominicanos no logra entenderlo y asumirlo.

Por las razones que fuera -el espacio no me da para debatirlas aquí- muchos hacen caso omiso al “sentido común” que gritan las medidas de aislamiento físico, poniendo en peligro a sus compatriotas y alejando la posibilidad de volver a la normalidad, entre comillas.

Sin una vacuna o una cura, lo que nos toca es asumir con responsabilidad una nueva modalidad para vivir el día a día, donde las personas, los gobiernos y las empresas tendrán que implementar un protocolo para convivir con el COVID-19 y no morir en el intento.No hay una fórmula mágica que nos libre de esta amenaza y los países no pueden detenerse eternamente y el nuestro no es la excepción.

Hay muchos retos y obstáculos, pero no hay manera de afrontarlos y salir airosos sin el compromiso de todos y cada uno de nosotros.
Mientras llega la cura, al margen de las medidas y acciones del Gobierno, se hace imperativo que sigamos cambiando nuestros hábitos.

Entender que el uso de mascarillas es esencial, la desinfección es primordial y el distanciamiento físico es necesario.