El estadio de La Normal, el más importante durante muchos años, se ha convertido desde hace más de cuatro décadas en un deshonor y empacho para los dominicanos, en el entendido de que debió haber sido convertido desde hace tiempo en un museo del béisbol.
Es reprochable, que la memoria histórica del deporte nacional siga manga por hombro, a pesar de los grandes recursos que produce ese deporte en todas sus vertientes.
Los propios equipos tradicionales del béisbol profesional, han debido ser los primeros en aportar recursos para rescatar esa instalación, debido a que allí es donde se inicia la historia.
Es sencillamente una afrenta, una deshonra, el total abandono de La Normal.
Y ese triste, lamentable y penoso descaro está a la vista de todos, porque hasta la F ederación de Béisbol que ha recibido muchos miles de dólares, producto de los Clásicos Mundiales y otros eventos, tiene allí su sede, lo que constituye una burla, una barbaridad.
Las penosas condiciones de La Normal, ratifica el desinterés olímpico de quienes tienen la responsabilidad de enfrentarla.
Pueden estar seguros que algunos con responsabilidades sobre ese caso, dirán que de poca importancia, admisión que demuestra la desfachatez de los dirigentes, políticos, deportivos y hasta religiosos, hacia lugares de suma importancia histórica .
Consciente del valioso legado de La Normal. la candidata a la alcaldía del Distrito Nacional, Carolina Mejía prometió rescatar La Normal, noticia recibida con mucho optimismo y entusiasmo.
Una lástima que otros candidatos a esa misma posición no hayan tenido el olfato de comprometerse al rescate de obras deportivas.