TOKIO, JAPÓN.-El ejecutivo Carlos Ghosn fue destituido ayer como presidente de Nissan Motor a raíz de sus supuestas irregularidades fiscales, lo que también deja en el aire su liderazgo en la alianza formada por el fabricante nipón y Renault.
La dirección del segundo mayor fabricante japonés de vehículos, aprobó ayer su destitución en una reunión extraordinaria convocada en la sede de Nissan Motor en Yokohama (sur de Tokio), según anunció la empresa en una nota.
Durante la reunión, que se prolongó durante cuatro horas, la cúpula directiva “reconoció la importancia del asunto” tras examinar “informes detallados” de la investigación interna que revelan conductas irregulares de Ghosn y de Greg Kelly, otro alto ejecutivo que también fue destituido ayer.
El consejo, además, confirmó que su alianza con Renault “permanece intacta” y destacó la necesidad de “minimizar el potencial impacto y la confusión en la cooperación diaria entre sus integrantes”, según el comunicado.
La empresa trató de despejar así las dudas creciente sobre el futuro del conglomerado, debido a la caída de su principal artífice en un momento en que se fraguaba una lucha de poder interna de cara a una posible fusión de Nissan y Renault.
La decisión de hoy pone un fin abrupto al carismático liderazgo ejercido por el directivo francobrasileño durante casi dos décadas al mando de Nissan, un cargo que compaginó con la presidencia de Renault y de Mitsubishi, y a su labor como arquitecto de la alianza tripartita.
La compañía explicó que las irregularidades cometidas por Ghosn incluyen declarar unos ingresos menores a los percibidos durante “muchos años”, usar en beneficio propio capitales de inversión de la compañía “bajo falsos pretextos” y utilizar fondos empresariales para cubrir personales.