Cuando alguien se convierte en líder debe saber que una gran parte del conglomerado que le da seguimiento, por bien o por mal, está siempre pendiente de sus actuaciones conductuales.
Es por ello que siempre es recomendable buscar asesoría de un experto en relaciones públicas, cuya misión es manejar sus vinculaciones con la comunidad, con el objetivo de que la imagen no se deteriore, por el contrario, que cada día sea más potable a la vista de todos.
Desde hace décadas, las figuras del ámbito en que desarrollen sus actividades, han colocado a los asesores de imagen como elemento fundamental en sus relaciones con la sociedad.
Todo esto lo traigo a colación para referirme a las críticas constante que ha venido recibiendo Sammy Sosa, después que aparentemente se apartó de sus raíces, y luego por el empecinamiento de convertirse en un hombre de raza blanca.
Esta situación, no la critico, porque es su vida privada, y cada quien tiene el derecho de hacer con su vida lo que crea más conveniente, han sido los factores por lo que esa masa que en un momento dado le idolatraba, hoy es su más acerba crítica.
El problema de Sammy es que la casi totalidad de sus fans son de clase baja y media baja, renuentes a los que niegan sus raíces acumular fortuna.
Sin embargo, esa es la historia de la mayoría de los que con pocas “páginas para la izquierda” han obtenido riquezas, en la creencia que ser pobre material, porque lo vivieron en carne propia, es una “desgracia” que se pega como una babosa.
Lo que sí creo es que los aportes que realizó como jugador algún día le deben ser reconocidos, porque la historia no se hace, la escriben y la acomodan los historiadores como más le conviene, por lo que algún día tendrán que reconocer los aportes al béisbol de Grandes Ligas, que realizó este cocolo de San Pedro de Macorís. ¡Felicidades Sammy! Pero definitivamente, hoy más que nunca, se necesita a un buen asesor de imagen.