Santo Domingo.-Todo el mundo sabe que, durante el proceso de embarazo el cuerpo de la mujer sufre cambios drásticos, no solo físicos y hormonales, sino también emocionales.
A medida que el estado de gestación avanza, el cuerpo debe adaptarse a los cambios. Algunos de esos se reflejan en el cuerpo como aumento de peso, pérdida del talle, aumento de los senos, acumulación de grasa en áreas no deseadas y estrías.
Estas transformaciones, unidas a los cambios hormonales del embarazo, hacen que la mujer sufra cambios de humor constantes, pasando de la euforia a la tristeza.
Los niveles de progesterona y estrógenos se duplican y, por este motivo, la parte racional de la personalidad disminuye, a la vez que se refuerza la parte emocional. De acuerdo con Eduardo Mejía, cirujano plástico, sí es posible recuperar la silueta luego de esta etapa, haciendo un plan de adelgazamiento y la supervisión de un experto.
Aprender a cuidarse
Entiende que el proceso del embarazo no es una limitante para comer saludable y hacer ejercicios; estos hábitos pueden repercutir, muy positivamente, después de la gravidez, logrando aminorar los cambios a nivel físico y facilitando elcamino para una eventual cirugía plástica con mejores resultados estéticos.
“Los beneficios de lactar son mucho mayores para el bebé; la pérdida de peso debida a la lactancia se refleja cuando el aumento de peso por embarazo se produce dentro del rango esperado de las 15-25 libras, durante el período completo de gestación.
Es un tema aparte, cuando la madre aumenta 50-70-80 libras por una alimentación incorrecta”, apuntó.
Expresó que los senos, al encontrarse suspendidos por los ligamentos de Cooper, los cuales al darse el aumento de las glándulas mamarias al llenarse de leche, distienden dichos ligamentos provocando cierto grado de caída.
Pero dice que hay varias técnicas quirúrgicas que pueden ser utilizadas para llevar el seno a su posición estética.
Destaca que ahora se está utilizando mucho el “mommy makeover”, el conjunto de procedimientos que se realiza una mujer después de haber dado a luz y amamantar, buscando restaurar y revitalizar su figura.
Mejía explicó que, según estudios, al momento de dar a luz se pueden perder hasta 13 libras, producto del bebé, placenta y líquido amniótico, y gradualmente, dentro las seis semanas del puerperio (período post embarazo), entre las 5 a 15 libras por eliminación de líquido de edema y el loquio.
Dice lo importante es perder peso gradualmente.
Desde cierto punto de vista, la pérdida a largo plazo es más ventajosa porque va acompañada por cambios de estilo de vida. Nunca los cambios bruscos son buenos para el equilibrio hormonal.
