La mujer, el amor y la dignidad

La mujer, el amor y la dignidad

La mujer, el amor y la dignidad

Glenis E. Féliz

Hace unos días me llegó un mensaje que dice lo siguiente: “El amor tiene un límite, se llama dignidad” esta corta frase es para reflexionar y tomar muy en cuenta que la única persona que te quiere tal como eres y cargará con tu cuerpo y con virtudes y defectos por el resto de tus días eres tú misma, por debes tener mucho propio.

Es impresionante la cantidad de comentarios que recibo a través de nuestros escritos en el periódico la mayoría, mujeres que están siendo maltratadas por su pareja y solicitan consejos para salir de dicha situación tan dolorosa y tomentosa del tamaño del miedo que se siente al pensar en una ruptura familiar y no se debe juzgar, porque es bien sabido que tomar una decisión como esta causa dolor y sufrimiento por muchas razones, no es tan simple y es una decisión que cuesta mucho para las mujeres principalmente si hay hijos en el matrimonio.

¿Por qué  las mayores críticas recaen sobre la mujer? Simplemente es cultural, la mujer fue criada para casarse con un buen hombre en términos económicos y con la psicología para realizar toda labor de la casa, cuidar de él  y mantener su matrimonio a costa de lo que sea, y hasta ahí está más que bien, lo difícil inicia cuando un hombre te maltrata física, psicológica o verbalmente y comienzas a deteriorarte internamente al punto en que piensas que no tienes salida y que debes quedarte ahí porque eso fue lo que te tocó vivir y me atrevo a asegurar que ningún ser humano nace para que otro lo tenga sometido bajo un infierno.

Una mujer comete el peor error de su vida al dejar su labor profesional y productiva para convertirte en una ama de casa mantenida y es por esta falta de interés en ti misma que tienes que vivir un infierno más tiempo del que deberías, dicho así porque la mujer siempre trata y mantiene la esperanza de que la situación mejore y es como esperar un milagro, es bien sabido que el que nada tiene nada vale y usted será maltratada en la medida que esté en desventaja económica.

Yo vivo un infierno, es la palabra más frecuente en las cartas que recibo, y déjeme decirle que siempre hay una salida para entrar a mejores puertos y quizás puedas dejar el infierno para ver el cielo. Se puede afirmar que, en el 99% las puertas que cierras hoy, te llevará a conseguir un lugar mejor, el infierno es todo lo malo que vives mientras está viva, así que procura hacer un balance en tu vida, sólo necesitas coraje y no pierdas tu dignidad por un amor que nunca valió la pena y por un familia que no existe.

Familia es, cuando se disfruta como tal, no cuando hay una unión en la que se está obligado por alguna razón, esto es un fracaso. El amor jamás debe estar por encima de su dignidad e integridad como ser humana que merece ser tratada con respeto.



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