La mentada…

Podría apostar que tras 2028 habrá funcionarios perremeístas imputados con corrupción. Les darán su carrerita… También, muchos de los procesos contra los peledeístas culminarán sin condenaciones.

Hay poca correspondencia entre los riesgos de sentencia penal y las ventajas del grosero enriquecimiento ilícito. Penosamente, tras cinco años de lawfare, acoso judicial infructuoso y toneladas de evidencias y documentos probatorios, los malandros condenados ante la opinión pública permanecen judicialmente impunes. Basta ser no culpable aunque no inocente.

Dudo mucho que -contrario a sus antecesores— al presidente Abinader, sus familiares y círculo íntimo, puedan juzgarlos como iguales que los poderosos multimillonarios del leonelismo o el danilismo.

El pueblo lo sabe o percibe, pues el país ha mejorado 33 escalones en el Índice de Percepción de Corrupción.

Sin embargo, no basta que la Dirección de Ética haya enviado al Ministerio Público 47 denuncias; que la Contraloría haya remitido 426 a la PEPCA; que hayan cancelado 108 licitaciones por irregularidades ni que 160 proveedores estén inhabilitados. Faltan consecuencias.

La mentada y lamentada corrupción no sentirá ni hipo por la creación de otra comisión anticorrupción ni la promesa gubernamental de ser drásticos.

Sólo funciona la dura macana legal y condenaciones ejemplares. El presidente lo sabe aunque los responsables se hagan los suecos.

El actual Ministerio Público, pese al inmenso apoyo a su “independencia”, ya demostró su supina ineficacia e impericia. ¿Para qué insistir premiando lo mismo?