Ya daba yo por terminado y debidamente debatido el tema de las preguntas sin respuestas, cuando recibí otro mensaje, esta vez del lector Jean Maluf, que no puedo dejar de publicar. Dice así:
“Estimado don Rafael, precisamente hoy lunes leo su artículo del sábado, preguntando por dónde le entra el agua al coco…
“Quiero que sepa que esa fue unas de mis interrogantes de todo un tiempo, hasta que encontré la respuesta…
Sucede que cuando se forma el coquito, hay en el centro de éste una gota de albúmina, rica en proteínas, y a medida que va transcurriendo el tiempo ésta se va llenando, y por ende ahí es donde se va formando el agua del coco…
“La otra pregunta, con respecto a cuándo contaremos con un transporte organizado y eficiente… es la más fácil de contestar: ¡nunca! En un país donde la salud esté en manos de los bancos, donde el transporte sea dirigido por los ‘tigueres’ que lo dirigen y donde los congresista sean unos ‘chapiadores’… esto no se va a resolver nunca…
“A veces lo imposible de contestar resulta ser lo más fácil de responder…
“Pero lo posible de contestar, resulta imposible resolver…”