La mejor despedida

La mejor despedida

La mejor despedida

Lady Reyes, directora de Encuentros Interactivos.

El final de cada año nos invita a reflexionar, a mirar hacia atrás y evaluar lo que hemos vivido, aprendido y compartido.

En estos días, cuando las luces de las fiestas adornan las calles y hogares, solemos centrarnos en planes, celebraciones y resoluciones para el año que viene. Sin embargo, hay algo que trasciende las listas de pendientes y los brindis: la familia.

Leí recientemente un escrito que resonó profundamente conmigo, una verdad que, aunque sencilla, solemos pasar por alto hasta que la tristeza o la ausencia nos recuerdan su peso. Decía: “La receta de la familia perfecta aún está por inventarse…

La familia es afinidad, unión, regocijo, compartir, amor. Cada casa la prepara a su manera: algunas dulces, otras amargas, unas alegres, otras tranquilas… Sea como sea nuestra familia, disfrutémosla. La familia es un plato que, cuando se acaba, nunca más se repite”.

Qué acertada descripción de lo que significa pertenecer a ese círculo único e irrepetible. Porque la familia no es perfecta, ni necesita serlo.

Es una mezcla de personalidades, historias, afectos y conflictos que, a pesar de todo, nos sostienen y moldean. Cada familia tiene su sazón, sus momentos de risa y sus silencios incómodos, pero lo que importa es que existe, y eso, por sí solo, merece nuestra gratitud.

Al despedir este 2024, los invito a hacer un alto. A valorar lo que realmente importa: las personas que amamos. Puede que este año haya tenido desafíos, que las diferencias hayan surgido en nuestros hogares o que las palabras hayan faltado en los momentos necesarios.

Pero mientras tengamos la oportunidad de estar juntos, de hablar, de abrazarnos y de compartir, aún hay tiempo de sanar, de construir y de fortalecer esos lazos que nos unen.

No importa si tu familia es grande o pequeña, si es ruidosa o tranquila, si es cercana o está dispersa. Lo que importa es que, más allá de las imperfecciones, podamos aceptar y amar a cada miembro tal como es. Porque la familia no se copia, se inventa y se vive en el día a día.

Hagamos un compromiso con nosotros mismos al entrar en el nuevo año: priorizar nuestra familia. Apostemos por la comunicación, respeto y amor incondicional. Recordemos que, como escribí hace unos días, “familia es familia”. No siempre será fácil, pero siempre valdrá la pena.

Este año, en lugar de enfocarnos en lo material, en las metas que parecen tan urgentes, volvamos la mirada a lo esencial. El tiempo pasa, las cosas cambian y las personas también, pero los recuerdos, amor y vivencias compartidas son el legado que perdurará más allá del tiempo.

Que al brindar por el 2025 podamos hacerlo con el corazón lleno, agradeciendo por quienes están y recordando con amor a quienes nos faltan.

Y que, sobre todo, el amor por la familia sea centro de nuestras intenciones para el 2025.
¡Feliz cierre de año, y que el 2025 nos encuentre con el corazón unido a lo importante! No pierdas la oportunidad de demostrar amor a tus seres queridos, aceptando y conciliando. Y recuerda: sé amable de manera indiscriminada.



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