La Mediación: Violencia, drogas, pobreza, delincuencia, desempleo y…(VI)

La Mediación: Violencia, drogas, pobreza, delincuencia, desempleo y…(VI)

La Mediación: Violencia, drogas,  pobreza, delincuencia, desempleo y…(VI)

Alexis Rafael Peña.

La mayoría de las preocupaciones de las organizaciones civiles reunidas con las autoridades, les explicaron que la violencia en su vecindad, hogar y en el barrio era un flagelo que estas deberían hacer su esfuerzo para combatirla con firmeza y sin arbitrariedad. Les informaron que esta era causada en parte por la masificación de los puntos de estupefacientes en sus comunidades y los enfrentamientos de las diversas bandas en conflictos de intereses.

La pobreza en la que viven su gente fue según estos la mayor causa para que sus comunidades la violencia sea permanente, no solo en el hogar entre parejas y familias, sino entre familias y la comunidad. Al parecer la pobreza es la causante del flagelo de la violencia y la distribución de drogas. La delincuencia viene de los temas resaltados por lo/as líderes de las comunidades, es decir, en donde existe pobreza se deriva la promoción de las drogas y por ende la delincuencia.

Habría que estar presente en esos encuentros y escuchar a lo/as voceros de las organizaciones comunitaria de base e inmediatamente entenderíamos que no solo bastaba la presencia y la actuación del Ministerio Público en esas comunidades, era necesario que otras instancias realizaran pactos estratégicos con las organizaciones y promover agendas de desarrollo barrial en la cual se priorizara las necesidades y que la mismas gente sea las que bajo su protagonismo seleccionen por orden de importancia.

Las organizaciones expresaron el pesar de su gente, de sus directivos para definir con firmeza los pasos a seguir. Todas las organizaciones de la sociedad civil presente en los encuentros tenían experiencia de movilización y protestas. Sobre sus logros y fracasos en el uso de las mismas y la unidad de mantener en lucha su espacio comunitario.

Los demás puntos abordados por lo/as dirigentes fueron tomados en cuenta por las coordinaciones y federaciones estos trazar líneas de acción en lo inmediato. Hubo compromisos tanto de la autoridad del Ministerio Publico como para las organizaciones.

La Fiscalía del Distrito Nacional se comprometió a dialogar y coordinar acciones con la jefatura de la Policía Nacional en lo referente a las violaciones de los derechos humanos de los detenidos en los destacamentos policiales. Prestar mayor atención al Destacamento Zonal Norte (antiguo #2) por ser este en donde se concentraban las responsabilidades de los destacamentos de la zona y en donde las organizaciones hicieron mayor énfasis sobre la violación de los derechos de los detenidos.

La esperanza de que esa realidad cambiara llenó de entusiasmo y animo a los presentes a continuar con mayor esfuerzo las responsabilidades de dar seguimiento a lo dicho por la fiscalía y estas hacer llegar con precisión casos de violación de derechos humanos.

No obstante, las organizaciones realizarían actividades alusivas a mermar la ola de violencia a través de programas deportivos, culturales, sociales, talleres en coordinación con las entidades educativas y religiosas. Al mismo tiempo haciendo alianzas estratégicas con las entidades gubernamentales para lograr el apoyo logístico y sistemático de lo planificado.

Era evidente para la sociedad que el acercamiento del Ministerio Público a la comunidad era un avance y una oportunidad para afianzar esfuerzos, voluntades y propuestas para una convivencia más armónica y pacífica.

2do encuentro. Llegada Domínguez Brito, inicia la mediación comunitaria

En esta ocasión comentare el proceso un nuevo actor que se inserta en esa dinámica de la mediación comunitaria. Años más tardes, la fiscalía cambio de titular, en la cual fue designado el Dr. Francisco Domínguez Brito, el cual le dio seguimiento al trabajo dejado por anterior funcionario e inicio nuevos proyectos e iniciativa en pro del fortalecimiento del Ministerio Publico y a realizar contactos con las organizaciones de la sociedad civil para constatar con estas acuerdos mutuos en vista al futuro.

En esa gestión se realizaron los esfuerzos para darle seguimiento a lo trabajados y visualizar con criterios concretos propuestas de mejoramiento y fortalecimiento de los derechos humanos. De nuevo las organizaciones retomaron las tareas pendientes y empezaron a coordinar reuniones y visitas a las oficinas de la Fiscalía.

Según las experiencias narradas por los protagonistas, existía una voluntad de continuar con lo que se había hecho y aprovechar otras iniciativas surgidas de esa administración que favorecía a los jóvenes y adultos de los barrios.

Fue en esa gestión que surgió la primera experiencia de mediación comunitaria en el hoy Municipio de Los Alcarrizos en el 1999 y la de María Auxiliadora en agosto del 2000 en la parte alta de la ciudad capital, zona norte. Asimismo, en esa administración se crea el Departamento de Resolución de Disputas (DRAD) al cual se designo al entonces abogado ayudante, Lino Vásquez Samuel, hoy juez del Tribunal Constitucional

Vista las ventajas de la Mediación Comunitaria y vivencias de la comunidad del Municipio de Los Alcarrizos, un nutrido grupo de organizaciones comunitarias de los 32 barrios de la zona norte del Distrito Nacional, se reunió en los salones de la Parroquia María Auxiliadora del sector del mismo nombre, a los fines de analizar la conflictividad de estas comunidades, la ola de violencia y el continuo abuso a los derechos humanos de sus moradores, decidieron abrir un espacio de dialogo y reflexión sobre esta situación y tomar algunas decisiones al respeto.

Luego se eligió un equipo de coordinación interinstitucional de las 32 comunidades representadas, con el objetivo de coordinar y definir acciones concreta en torno a las propuestas e inquietudes presentadas en la asamblea.

Dentro de las propuestas trabajadas por el equipo coordinador, estuvo contactar al Ministerio Público e informales sobre lo ocurrido en la asamblea para edificarlos y que acciones concretas podrían las autoridades asumir para enfrentar el flagelo de violencia, drogadicción y conflictividad de las comunidades de la parte alta de la capital.

Las comunidades siempre han tenido inquietudes de pacificación ante los conflictos que se les presentan a diario, tanto en el centro de su familia, en su entorno, comunidad y sector en el que hacen vida y residen.

Esas organizaciones civiles a través de la Pastoral Social de la Parroquia María Auxiliadora se movilizaron y decidieron realizar los esfuerzos de lugar para que la mediación comunitaria surgiera en la zona norte por todo lo antes dicho en el diagnostico del encuentro sostenido con el ministerio publico en el 1997. No había que volver a discutir lo que estaba priorizado en esa fecha y por lo tanto no ameritaba tener otros encuentros de la misma naturaleza.

Sin embargo, la nueva gestión entendió que habían pasado un par de años y que además era importante que la administración que en ese momento estaba al frente intercambiara y conociera la realidad de las comunidades.

Para la Pastoral Social de la Parroquia María Auxiliadora compuesta por Carmen de la Cruz, María Idalia de Jesús, Alexis Rafael Peña Céspedes (coordinador) y su párroco, Juan José Gregorio; no existía ningún inconveniente en promover esos encuentros, porque lo que se deseaba era favorecer a la gente humilde y que no contaban con ninguna protección de autoridad alguna.

En esa oportunidad, en coordinación con el encargado del Departamento de Resolución de Disputas, Dr. Lino Vásquez Samuel, se realizaron las coordinaciones de lugar para ese segundo encuentro comunitario por la paz y la convivencia, para coordinar todos los compromisos y pasos con el fin de tener nueva  vez el éxito recibido en la asamblea anterior.

La dirigencia de la sociedad civil no escatimó esfuerzos para resolver por la vía institucional la realidad de las comunidades afectadas por la criminalidad, delincuencia, desempleo, drogadicción, déficit en los servicios básicos. No, ellos tenían las metas clara y hacia donde querían llegar. Por esa razón, estos mostraron entusiasmo y decidieron acudir a la convocatoria que le había realizado la Parroquia.

Entre las diversas actividades realizadas, se coordinó una agenda a discutir con la dirección de la Fiscalía y las diferentes corrientes que conviven en las comunidades, como por ejemplo  las políticas y las religiosas. Cuál de las dos tienen diferencias de ideología de aplicar y hacer política y la otra de corriente cristianas, las cuales ven la fe desde puntos diferentes. Pero gracias a Dios estas dos corrientes de pensamiento nunca fueron conflictivas. Todo lo contrario, fueron soporte para las discusiones y acuerdos. Estas fueron lecciones a destacar de los encuentros.

A finales 1999 y comienzo del 2000, fue concretizado el encuentro con las autoridades. La organización, planificación y los esfuerzos del equipo organizador era agotador y a la vez estimulante, porque estamos girando en torno a la meta deseada. La disponibilidad entre la gente y las organizaciones de la sociedad civil es de resaltar y valorar. Hoy no veo el mismo entusiasmo que en aquel entonces.

La crisis ha llevado a la sociedad civil de los barrios a cualquierizarse, un grupo de personas con intereses particulares se junta y decide “organizarse” para iniciar un proyecto de «búsqueda» con entidades del Estado, empresas privadas y si aparece, con proyectos internacionales. Graso error. Estos son la excepción.

Diciembre de 1999 y enero de 2000 abrieron las puertas para organízanos, unirnos, coordinarnos y juntos emprender un sendero de accionar juntos, ya que de la única manera de lograr transformar y enfrentar la crisis es como decía el padre Juan José Gregorio “en la unión esta la fuerza”. Una unión capaz de echar hacia adelante la prosperidad, el progreso, el desarrollo y sobre todo una calidad de vida mejor para lo/as ciudadanos.



Alexis Rafael Peña Céspedes

Periodista, abogado y mediador certificado.

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