Las personas en conflictos no toman en cuenta a priori la realidad de la otra persona. Ellas en ocasiones no siempre, desean tomar decisiones en torno a la controversia sin colocarse en el zapato del otro u otra.

La mediación en el desarrollo del dialogo y comunicación penetra mas allá que otros métodos existentes en el sistema judicial. Los sentimientos por ejemplo en la familia son expresados con facilidad.

Ya que como la mediación es confidencial, las partes en la mesa del diálogo abren sus puertas a todos los temas que las mismas entienden son trascendentales para resolver las disputas.

Las mismas puede ser una estrategia de una de ella, por supuesto que sí. Sin embargo, recuerden que  dichas actuaciones pueden ambas partes utilizarlas.

Desde la mediación las personas son las que tienen en sus manos las decisiones que desean tomar en relación a su conflicto. La persona mediadora lo que hace es organizarle esas ideas de modo que ellas mismas, se den cuenta que poseían soluciones, lo único era que no tenían la oportunidad de ser escuchados y a la vez, organizados.

La escucha permite que el otro u otra, conozca los deseos y necesidades del otro u otra.

Para la mediación no existen niveles de aprendizaje. Ya que las personas desde sus niveles de conocimientos, conocen muy bien lo que le conviene y como le conviene, tanto en tiempo como en bienes por así decirlo.

La mediación humaniza los conflictos y también les permite a las personas que padecen de conflictos, aprender a convivir. Convivir para vivir en sociedad y en comunidad.

Humanizar por todos los lados, son además, los métodos alternativos de solución de conflictos.

A través de estos medios, los roces de las personas interactúan acompañado de una persona mediadora. Que al fin y ha cabo, ha sido  el puente entre ambos, para llegar a un consenso que con mucho esfuerzo de ambos lados se logro, cediendo cada cual un poco para llegar a un punto medio. El acuerdo. A la vez, la humanización de las personas y las dispuestas entre estos.