Ciudad del Vaticano.-El papa Francisco proclamó ayer santa a la madre Teresa de Calcuta, quien dedicó su vida a los pobres, en una misa de canonización celebrada en la plaza San Pedro de Roma frente a unos 100.000 fieles.
“Proclamamos a la beata Teresa de Calcuta santa y la inscribimos entre los santos, decretando que sea venerada como tal por toda la Iglesia”, declaró el papa Francisco, quien pronunció en latín la frase de canonización ritual.
“Que nos ayude a entender que nuestro único criterio de acción es el amor gratuito, libre de cualquier ideología y ofrecido a todos sin distinción de lengua, cultura, raza o religión”, pidió el papa durante su homilía. Tras la ceremonia, el papa Francisco invitará a almorzar a 1,500 personas desheredadas, de las que se ocupan las hermanas Misioneras de la Caridad, la congregación fundada por la madre Teresa.
En la fachada de la basílica de San Pedro colgaba el domingo un retrato gigante de la misionera, bajo un cielo azul y un sol de verano. Alrededor de 100,000 fieles asistieron a la ceremonia en la Plaza San Pedro llena a rebosar y recibieron con fuertes aplausos el anuncio de su elevación a los altares.
Su canonización, en presencia de una docena de jefes de Estado, se celebró justamente el año en que el pontífice argentino lo dedica a la Misericordia con un jubileo extraordinario.
La madre Teresa fue “una infatigable benefactora de la humanidad”, había declarado Juan Pablo II durante la beatificación de la religiosa en 2003, en una ceremonia en Roma en la que participaron 300,000 fieles.
Para el papa Francisco, la madre Teresa de Calcuta encarna su ideal de una “iglesia pobre para los pobres”.