SANTO DOMINGO.-Las referencias negativas de mucha gente hacen que con solo decir la palabra madrastra, se despierten sentimientos negativos y se generalice el convencimiento de que esa segunda esposa del padre siempre es una malvada.
De acuerdo a Heidy Camilo, psicóloga clínica, terapeuta sexual y de pareja: “En los cuentos de hadas vemos cómo la figura antagonista de la historia, o “la mala” es la madrastra, como es el caso de las narraciones de Blancanieves y La Cenicienta.
Esta versión de la historia no está lejos de ser una visión compartida en la realidad y en muchas sociedades por igual”.
Camilo explica que cuando una relación termina, lo cierto es que los hijos pasan por momentos muy difíciles, incluyendo un duelo por separación y ansiedad por esa misma razón, pero en la fantasía de este menor los padres, de alguna mágica manera volverán a estar juntos.
Pero cuando el padre se enamora de otra mujer, esta idea se hace más lejana y esa otra mujer suele convertirse en la culpable de que “papi y mami” no se reconcilien.
Agrega: “Por eso es vital ser honestos con los hijos y ser muy claros sobre el tema de la separación, sin que esto implique dar detalles sobre las razones de la misma, pues eso es un tema de adultos; me refiero al hecho de que ya no serán más pareja, pues esto facilita la integración de la información y un proceso para salir del duelo; así como una aceptación de la idea de que los padres en algún momento tendrán otras parejas”.
La terapeuta del Centro Vida y Familia agrega que es importante que una vez el hombre y la mujer que tienen hijos en común, ya están en alguna relación formal, inicien el proceso desde el noviazgo de incluir en las vidas de sus hijos esta nueva pareja para que el menor se acostumbre a la idea de que va a compartir a su padre y madre con otra persona.
La clave
La especialista sostiene: “Jamás se debe pedirle al menor que “ame o le diga tía, mami” a la madre social o madrastra, pues amar no es una obligación, es una relación que ambos van construyendo en el día a día. Sí podemos pedir respeto, pero no exigir amor.
Tampoco se debe exigirle al menor que le llame “tía o mami” porque no es su tía y no es su madre, debe dejar que él decida como llamarle”.
Ser la madrastra es todo un reto, pues muchas veces no sabes cómo se debe actuar para no causar malestar ni ser permisiva y son muchas de las dudas que se generan. “Una opción viable es asumir a este menor como lo que es: un hijo más de la casa y debe cumplir las reglas que son colocadas en los misma, este menor debe ser tratado como un igual en cuanto a los deberes y los derechos, los privilegios, los cariños… todo igual, pues al pautar una simple diferencia esto puede iniciar una guerra campal en ese vínculo”, apunta.
Dijo que debe el padre asumir que su hijo de la anterior relación debe ser tratado como un igual en casa, pues al desautorizar a la madrastra o apartarla del menor, también estará creando una situación insostenible en el tiempo.
Apostar buen trato
—1— Su función
Las madrastras son madres sociales que ejercen la función de madres, y hay grandes historias de amor, resiliencia y acompañamiento.
—2— Crecer juntos
El amor y buen trato, vital para fortalecer estos vínculos.
—2— Aceptación
La madre biológica debe asumir que el ex ya tiene pareja y que es su derecho compartir con el menor.