Negocio es negocio y lo demás es “caballá”, porque está demostrado que los intereses económicos están por encima de todo, incluso de la amistad y la familiaridad.
Los ejemplos sobran, están al por mayor y al detalle, ya que familias que mostraban una unidad monolítica terminan muy mal sus relaciones cuando ven afectados sus intereses,
Eso está ocurriendo desde hace algún tiempo en los Tigres del Licey, una sociedad, supuestamente, sin fines de lucro.
¿Pero qué pasa a lo interno?, los intereses pueden más que las relaciones de años entre sus socios, muchos de los cuales han sido “liquidados”, léase botados, por contradicciones sobre el manejo del conjunto.
Aunque Jaime Alsina, actual presidente, ha declarado que “no hay problemas”, la situación imperante “rompió el saco” de la estabilidad que durante años exhibía esa sociedad.
Ante esa realidad, es probable que en los próximos días salga a la luz lo que viene sucediendo a lo interno del Licey.
RADARES. Otra entidad respetable por sus aportes a la sociedad capitalina que no escapa a la lucha de intereses es el Club Naco, donde se desarrolla “guerra” desde hace algún tiempo en los tribunales de justicia.
De acuerdo a informes, el presidente del club persigue a socios opuestos a sus lineamientos, lo que ha derivado en amenazas de expulsiones de por vida.
Sería interesante que se entiendan, porque este tipo de enfrentamientos ha dado al traste con instituciones valiosas..