David Alvarez
El terror se ha convertido en arma privilegiada en torno a los conflictos del Medio Oriente. Terror de parte de los Estados, de grupos insurgentes y hasta de individuos aislados.
Es un reflejo de la impotencia frente al diálogo democrático y las formas violentas en que la modernidad ha penetrado en pueblos pre-capitalistas.
La argumentación religiosa es pura ideología, de ambos lados, sea que se apele a la Biblia o al Corán.
Aunque la historia de estos conflictos se extiende hasta el dominio imperialista europeo en dicha zona desde el siglo XIX, es indudable que los dos grandes detonantes del conflicto actual es la ocupación violenta de Israel sobre territorios palestinos y la Invasión norteamericana a Iraq a inicios de este siglo.
La desarticulación de los Estados de Iraq y Siria han provocado el surgimiento de muchos grupos que usan el terror como arma privilegiada.
La insensatez política de los Estados Unidos y Europa en la gestión de las crisis del Medio Oriente es el motor del escenario actual.
Millones de seres humanos empujados a emigrar, sobre todo a Europa, y grupos resentidos por la violencia padecida que buscan formas de golpear a las sociedades de donde suponen vienen su desgracia.
El cristianismo, el judaísmo y el islamismo son religiones de paz y amor, pero muchas veces se han utilizado para la explotación, la esclavitud y la violencia.
Hasta que los pueblos del Medio Oriente encuentren espacios donde desarrollarse económicamente y democráticamente, seguirá la violencia. Son los pueblos los beneficiarios de la Paz.
