La lluvia temprana y la tardía

La lluvia temprana y la tardía

La lluvia temprana y la tardía

Mayra de Peña

Continuamos en cuarentena por el Covid19, hoy 12 de mayo 2020, más de cuatro millones de  infectados y, tristemente, la cifra de 286,669 fallecidos a nivel global y aún nos queda mucho por recorrer.

No tenemos vacuna, los tratamientos son de acuerdo a las experiencias con los pacientes pues se trata de un virus nuevo, dando pasos a veces certeros otros no tanto; las economías de los países bien afectadas, el turismo paralizado, pero lo más triste de todo,  es que no siento que el hombre haya entendido la gravedad del asunto a cabalidad, no lo veo reflexionando sobre el estilo de vida que llevábamos, que de una manera u otra ha incidido en que tuviera que venir algo que nos parara de golpe.

Tampoco veo la actitud de cambio en esos que pudieran estar ayudando a que esto termine #quedandoseencasa pero no lo hacen, porque tristemente, sólo cuando llega a tu casa es que conoces las proporciones de este virus que con suerte puede tratarte con benevolencia, pero muchas veces se lleva hasta la vida… y ni que decir de pensar en clamar a Dios.

Y frente a este escenario llega mi mente Deuteronomio11:13-14: ¨Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma, yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite¨. Moisés está hablándole a los hijos de Israel, recordándoles las proezas del Señor y lo importante de saber la grandeza de Dios y su misericordia, pero también que es juez justo y temible cuando transgredimos su Ley¨.

Hace tiempo que la tierra no ve la lluvia temprana y la tardía en su justo proceso, pero no porque Dios no la enviara, la hemos desviado nosotros mismos, tanto en el orden secular, por el mal trato al medioambiente y la contaminación, como la espiritual, vital para poder dar frutos de amor y arrepentimiento.

Muchos líderes de iglesias habían perdido el sentido de la lluvia espiritual, no estaban sembrando ni para recibir la lluvia temprana de parte de Dios, pero mucho menos la tardía; estaban sembrando bajo sus propios criterios y desvirtuando el proceso y lo más triste aún, que estaban impidiendo que muchos pudieran disfrutar de esta lluvia prometida por Dios que lleva tanto fruto.

Sin lugar a dudas, así como cuando el pueblo de Israel cuando nuestro Salvador Jesucristo vino aquí a la tierra no conoció el tiempo de su visitación, de igual manera muchos, dentro del pueblo de Dios no estaban reconociendo los tiempos anunciados por Jesucristo y los profetas.

Oremos para que el corazón de muchos se vuelvan a Dios y anhelen poder sembrar en la tierra fértil de la fe, la obediencia y la relación personal con Dios, que en este tiempo de crisis se focalicen en esta siembra y de esa manera poder ver la bendición de recibir la lluvia temprana y la tardía, entonces verán el futuro con ojos de esperanza, entenderán que sus días están en las manos de Dios y no temerán ni al presente, ni a lo por venir.



Mayra De Peña

Lic. en Contabilidad, egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), graduada de Periodista, en el Instituto Dominicano de Periodismo (IDP). Locutora, con un Diplomado en Comercio Exterior, y Diplomado en Política Estratégica. He desempeñado diversas funciones dentro del sector Privado y Gubernamental. Hija de Dios y amante de la naturaleza. Creo en vivir a plenitud de manera equilibrada y en lo significativo de quererse y valorarse como individuo. Soy una feliz madre de tres hermosas hijas, creo en el matrimonio, en la institución familiar y en la importancia de predicar con el ejemplo. Amo escribir y con ello transmitir mi sentir y sobre todo tengo en alto estima alimentar el espíritu, pues de él mana la vida.