“Así, puesto de que eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi bota”, reza un pasaje de la Biblia, en su último libro, el Apocalipsis o Revelación.
Esta advertencia debería llamar a la reflexión de muchas personas que, por cobardía o intereses, no son capaces de mantener una decisión, a sabiendas que es la correcta.
Una decisión no consiste solamente en una idea, un deseo, un intento, una expectativa o un sueño; se trata de un acto requiere de disposición, constancia y responsabilidad.
La disposición es la llave que abre la voluntad, constancia para mantenerla activa y responsabilidad en el camino de lograr el compromiso.