“La compensación , retribución, castigo y recompensa son una incorruptible contabilidad de los actos realizados y el pago de las deudas son realidades de este mundo”.
Al leer esta frase de Ralph Waldo Emerson es inevitable pensar en la “ley de la compensación”, esa que, al igual que la “ley de la gravedad”, ha funcionado desde el principio de los tiempos.
Aunque el escritor, filósofo y poeta estadounidense hizo alusión a este tema hace más de 200 años, pocos le han dado el justo valor. Su aplicación es imprescindible tenerla en cuenta, sobre todo si queremos triunfar y tener paz interior, pues “lo que das, eso recibirás”.
Muchas veces nos preguntamos por qué algunas personas son felices sin importar lo exitosos que sean o la cantidad de dinero que posean, pues gozan de salud física y espiritual, tienen una familia unida y alegre y disfrutan de cada minuto que sus vidas. Se diría que viven en bendición.
La respuesta es simple: “toda acción lleva en si su recompensa”. Eso que cultivamos es precisamente lo que vamos a cosechar.
Cuando logremos entender el sentido profundo de este principio es cuando podemos aceptar que somos los únicos responsables de nuestro bienestar y equilibrio.
Al apoyar nuestros deseos en algo tan sólido como el amor, respeto y servicio a los demás todas nuestras acciones estarán empapadas del auténtico valor de las cosas y las personas. Son cimientos fuertes que pueden sostener la edificación más grande.
Pero, si por el contrario, crecemos en el individualismo estamos construyendo sobre una base de arena.
Hace mucho tiempo leí en el libro “Vuela alto” de Jaime Borrás, que “el día en que unos cuantos descubramos y demos testimonio entusiasta de las maravillas que se producen cuando salimos de nuestro YO egoísta y nos dedicamos a NOSOTROS, nuestra vida conocerá la cuarta dimensión, la del amor, y esto será una revolución”… y es ahí cuando logramos entender y valorar en su justa medida “la ley de la compensación”.
Aún cuando veo a diario cómo muchos alimentan el individualismo, soy optimista respecto al futuro y por eso escribo constantemente sobre estos temas.
Desde este espacio, es mi granito de arena.