Edward Sapir, antropólogo-lingüista estadounidense, afirmaba de manera concluyente que la lengua es una función que se hereda de manera cultural, no biológica.
Explicaba que… hablar es una actividad humana que varía sin límites en la medida que pasamos de un grupo social a otro, porque es una herencia puramente histórica del grupo: el producto del uso social a través del tiempo
En ese mismo sentido, antes que él, Ferdinand de Saussure en su Curso de Lingüística General, pagina 42, la definía así: “La Lengua es la parte social del lenguaje, exterior al individuo, que por sí solo no puede ni crearla ni modificarla; no existe más que en virtud de una especie de contrato establecido entre los miembros de la comunidad.”
A esto es que nos referimos cuando afirmamos que la lengua española, inglesa, francesa, alemana, cualquier lengua, se da por ese convenio cristalizado por una sociedad
El uso de este instrumento, la lengua, se desarrolla al transcurrir el tiempo y ese uso permanente, natural de sus hablantes que hacen en cada comunidad. Esa comunidad establece sus propios parámetros para comunicarse
Como se puede ver en estas definiciones estructuralistas, no hay una academia de por medio que regule la lengua, y mucho menos el habla. En sus planteamientos podemos ver que tampoco hay algo de biológico, sino cultural
Sapir confirma que el habla “varía como todo esfuerzo creativo… como las religiones, creencias, costumbre y artes de los diferentes grupos sociales. …hablar es una función cultural
Por ende, los ciudadanos de cualquier ciudad se expresan de la forma más conveniente y original posible, creado y suministrado por esa colectividad que legitima sus propias comunicaciones
@RamonLoraR