En los tiempos que vive el país de necesidad de la aplicación una justicia imparcial que permita frenar la corrupción administrativa y castigar a los que se apropian de fondos públicos, es muy pertinente aproximarnos a este valor desde una visión integral que aborde sus diferentes enfoques porque la justicia no solo se reduce a lo legal, tiene además tiene una vertiente personal y social.
Desde Jesús, podemos comprender la justicia como forma de vida, atributo de los merecedores de su reino, camino de felicidad y evidencia de su Presencia en la tierra. En Jesús la justicia es búsqueda y práctica que nos lleva a ser justos, a aplicar justicia y a su construcción social como anticipación de su reino.
Sed de justicia:
Jesús nos exhorta a buscar la justicia concibiéndola como una característica personal distintiva de sus elegidos: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán a saciados.” Mateo 5:6. Desde el Evangelio, la sed de justicia implica exigir justicia y evitar injusticias.
Ser justos:
Jesús, además de instarnos a tener hambre y sed de justicia, nos pide que seamos justos para poder alcanzar la gracia del cielo: “y los justos irán a la vida eterna” (Mateo 25:46).
Ser justos es la condición que nos asemeja a Jesús y abre el camino a su Padre: “Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre” (Mateo 13:43).
Construir la justicia social:
En una sociedad en la que impera la justicia y el bienestar las personas son más felices porque hay menos pobreza, desigualdad y exclusión. El deseo de Jesús es que la sed de justicia se convierta en justicia social, cuya construcción es una responsabilidad de los gobiernos y de los ciudadanos.
La justicia social se evidencia en la justicia legal y en la igualdad y produce frutos de desarrollo, como nos dice el Papa Francisco: “Recuerden siempre que cuando una justicia es realmente justa, esa justicia hace feliz a los pueblos y dignos a sus habitantes.
Ninguna sentencia puede ser justa, ni ninguna ley legítima si lo que produce es más desigualdad, si lo que produce es más pérdida de derechos, indignidad o violencia”.