El caso de los terrenos que le han arrebatado al complejo deportivo de La Barranquita, de Santiago, se encuentra en los tribunales desde hace más de cinco años; que se sepa, nadie le está dando seguimiento.
Parece que este es un caso perdido, ya que las autoridades pasadas y presentes se han hecho los «chivos locos», para que los malos se salgan con la suya, conociendo que el valor de esos terrenos es de cientos de millones de pesos.
No concibo que deba mantenerse en el olvido, porque pertenece a todos los dominicanos , en especial a los deportistas y periodistas de Santiago, que poco o nada han hecho para que se le dé seguimiento a ese expediente.
Recuerdo que ese caso lo sometió a la justicia el exministro de Deportes, Jaime David Fernández Mirabal, quien denunció entonces que comerciantes, transportistas e invasores profesionales como los responsables de ese crimen.
No creo que ese sea un caso complejo, como el del ciego acusado de pertenecer a una banda que operaba en la Lotería Nacional, porque debe ser difícil condenarlo, por la naturaleza de sus limitaciones.
El actual ministro, Francisco Camacho, quien desde el inicio de su gestión se ha empeñado en rescatar instalaciones, debe ponerse las pilas y darle calor a ese expediente, que tiene principalía, porque es el segundo complejo deportivo de importancia del país.
Llama poderosamente la atención la actitud pasiva que han mantenido las autoridades, porque no es posible que se mantenga un silencio sepulcral por años, cuando las pruebas están ahí, porque no es un expediente al estilo Odebrecth, donde la mayoría de las pruebas tenían que enviarlas desde Brasil, y aún así, sin traducirlas, se ha avanzado un «chin chin».