No conforme con la vergüenza pública sufrida por los honorables miembros del pleno de la JCE al recibir desagradables boches públicos de parte de la Cámara de Cuentas, de parte del Consejo Nacional para la Protección de la Niñez (Conani) y de parte del Colegio Dominicano de Abogados, por opinar de manera errática, recientemente el honorable presidente de la JCE dijo a un importante medio de la prensa escrita que “se acabó el uso de recursos del Estado en las elecciones”, y como esa declaración no le corresponde al órgano electoral, muchos políticos y comunicadores han comenzado a preguntar si el honorable presidente de la JCE está actuando como el presidente de ese órgano arbitral o como un político de la oposición.
Pues en esta ocasión el honorable también dijo a la prensa que: “El órgano electoral no permitirá el uso de los recursos del Estado, y que serán sancionados aquellos posibles partidos políticos y candidatos que incurran en esta práctica” y muchos preguntamos: ¿El honorable presidente de la JCE además de los poderes que le confiere la Ley 275-97, tendrá una varita mágica para borrar el artículo 49 de la Ley Electoral que asigna recursos del Estado a los diferentes partidos políticos reconocidos por la propia JCE?, o ¿acaso el dinero que orgullosamente reparte la Junta Central Electoral entre los partidos políticos no es dinero del Estado?
Luciría como si el honorable presidente de la JCE estuviese enrostrándole al Gobierno que se utilizaron los recursos del Estado en las pasadas elecciones para mantenerse en el poder, y que esa insinuación pública sólo sería con el interés de congraciarse con los partidos políticos de la oposición, lo cual es muy peligroso porque estaría dando señales equivocadas de que el presidente de la JCE estaría tomando partido en contra del Gobierno y a favor de la oposición, salvo que se haga la debida aclaración de que ese nunca fue el objetivo del mensaje.
¿Acaso solamente es bochornoso que los dineros del Estado sean entregados a los partidos políticos para sus campañas electorales, pero no es bochornoso que los fondos del Estado sean utilizados para comprar yipetas de lujo para los honorables miembros del Pleno de la Junta Central Electoral cuando en muchos departamentos no tienen ni viejas camionetas para servicio de la institución?
El presidente la JCE no deja de sorprender a la clase política y social de este país, y a los que siguen este órgano electoral desde el extranjero, ya que tales declaraciones del honorable presidente de la JCE no fueron oportunas, no fueron pertinentes, y de seguro tampoco forman parte de la estrategia de comunicación de la JCE (luce que fue un tremendo error), y tal es así, que en las redes sociales ese desatinado comentario sobre el uso de recursos del Estado en las elecciones provocó la burla de muchas personas, y aunque no compartimos esas feas burlas, no podemos aplaudir que el presidente de la JCE salga a referirse a la clase política con tales desatinos e incoherencias, no porque sea malo hacerlo, sino porque ese no es su rol como árbitro principal.
Desde hace varias semanas venimos advirtiendo a ese importante órgano que las funciones principales del Pleno de la Junta Central Electoral no están en velar por el uso de fondos públicos que ellos no manejan, ni en sacar a luz pública situaciones administrativas de la pasada gestión, ni en deformar el registro civil para dar apellidos hispanos a niños abandonados descendientes de haitianos, ni en mantener un clima de desasosiego, chismes y desesperación a lo interno de la JCE, donde la eficiencia ha bajado mucho por los temores a cancelaciones.
La función principal de los miembros del Pleno de la JCE debe orientarse a recuperar la confianza parcialmente perdida de la institución, y a tomar las medidas requeridas con miras a desarrollar con notable éxito el próximo torneo electoral 2020. Todo lo demás ha sido un figuereo verbal que en nada ha ayudado a la institución, pero sí le ha perjudicado muchísimo.