La inteligencia artificial es una realidad presente en la vida cotidiana. Sin darnos cuenta, manejamos programas informáticos que incorporan algoritmos inteligentes que nos ayudan en nuestras tareas diarias.
Varios dispositivos, como los teléfonos inteligentes, incorporan softwares que permiten el reconocimiento de la voz, la analítica de textos u otras funciones propias del mundo cibernético e inteligente.
Al reflexionar sobre los avances tecnológicos que han surgido en los últimos tiempos, podemos hacernos la siguientes pregunta: ¿Puede la inteligencia artificial ser aplicada a la educación y en consecuencia mejorarla? ¿Es la inteligencia artificial una amenaza o representa un gran avance para la humanidad?
Un estudio de la Universidad de Stanford señala que “la realidad virtual, el aprendizaje adaptativo o la analítica del aprendizaje serán habituales en las aulas dentro de quince años”.
Es decir, muchas plataformas de educación en línea y otras que acompañan el proceso de aprendizaje incorporarán modelos de inteligencia artificial que van a desarrollar mejores modelos pedagógicos y de seguimiento educativo.
Según ese estudio, la realidad virtual, el aprendizaje adaptativo, la analítica del aprendizaje (learning analitycs) y la enseñanza online serán habituales en las aulas en tan solo quince años.
Todas estas nuevas áreas tienen como soporte los algoritmos de inteligencia artificial que son capaces de analizar y generar patrones a partir del procesamiento analítico de los datos.
La realidad actual nos permite concluir que estamos viviendo en la era de la inteligencia artificial. Debemos aprender las formas más idóneas que nos permitan aprovecharla para generar mejores condiciones de vida para la gente. Nunca tengamos miedo a los avances científicos y tecnológicos.
Procuremos que los mismos estén al servicio de la humanidad.