Santo Domingo .-El hallazgo de por lo menos seis cadáveres con señales de ejecución en las últimas semanas ha puesto en evidencia el auge del sicariato en el país, donde ya existen “tasadores profesionales” que definen qué cuesta la vida de cada persona.
Esta modalidad del crimen organizado, utilizada principalmente por narcotraficantes, se ha convertido en una práctica tan común que en República Dominicana hay bandas dedicadas única y exclusivamente a matar por encargo.
Así quedó evidenciado luego del asesinato de Juan Félix Cordero Febles (Copelín) y Rafael Rijo Astacio (Kico o Maestrico), quienes presuntamente dirigían una red de sicarios a la que se le atribuye haber ultimado a decenas de personas por dinero.
Además, a este grupo también se le acusa de desarrollar una nueva modalidad de este crimen en el país: la utilización de menores como gatilleros.
El sicariato se caracteriza por el alto grado de violencia que emplean los matadores en las ejecuciones y el profesionalismo con que se ejecuta.
Las víctimas casi siempre son torturadas, ultimadas de varios disparos y luego quemadas para borrar las huellas de los asesinos.
Casos recientes
El cuerpo de “Copelín” fue hallado en un cañaveral en la comunidad de Los Rieles, Yaguate, con más de 10 balazos y quemado.
Próximo a ese lugar, una semana más tarde, las autoridades encontraron el cadáver de “Maestrico”, quien supuestamente fue la persona que mató a Cordero Febles, con cuatro heridas de bala.
Mientras que en La Romana, Ramón Cabrera fue ultimado de un tiro en la cabeza por un sicario que le disparó mientras ambos iban como pasajeros en una guagua de transporte público.
Cabrera habría engañado a varias personas, incluyendo narcotraficantes, con la venta de propiedades con documentos falsos.