La importancia de mantenernos ecuánimes, emulemos a Jesús

La importancia de mantenernos ecuánimes, emulemos a Jesús

La importancia de mantenernos ecuánimes, emulemos a Jesús

Mayra de Peña

Dominemos la ira y el ego, dejemos que el otro tenga sus 5 minutos de fama y venceremos al necio.

Cuando miro a mí alrededor y veo tantos casos trágicos producto de la ira, la impaciencia, la falta de cumplimiento de las leyes que permiten los abusos, mi corazón se llena de tristeza ante los sucesos que se podrían evitar si muchos tuvieran a Cristo en su corazón y conocieran a profundidad su modelo de vida para emularlo.

Estos últimos días se han suscitados casos que lamentablemente vemos a menudo; unos abusan y otros, muchas veces ante el irrespeto y la impotencia, se olvidan de clamar por la justicia de Dios, que créanme es más certera y los resultados son desastrosos.

Ante la explosiva respuesta a la provocación se convierten en asesinos, acaban con la vida de otras personas, llevan luto y dolor a los familiares y a los suyos y también laceran su propia vida, pues de no morir también en el intento, pasan de ser libres y poder llevar una vida normal, a vivirla en una cárcel, tanto física como espiritual.

Si nos ponemos a revisar en la Biblia la vida de Jesús, su paciencia y ecuanimidad en tantas ocasiones, nos maravillamos. El que tenía la potestad de cambiar las cosas quiso enseñarnos los frutos de la paciencia. No se inmutaba ante los ataques de los fariseos, de los sacerdotes, de la gente común, aún de sus familiares, ni aun cuando lo apresaron, escupieron, maltrataron y crucificaron sin haber cometido falta alguna.

No se desesperó ni cuando tenía frente a sí cinco mil personas sin tener comida que darle y los discípulos fueron a contrariarle con esto, me dirán, pero él era el hijo de Dios, sí, pero estaba sometido a las leyes naturales y la diferencia es que decidió dejar que Dios resolviera las cosas a su manera. No era que se levantaba en la mañana a ejecutar su ministerio solo (en lo tocante a nosotros, puede ser nuestra vida diaria), Jesús vivía en constante oración al Padre, él conocía las consecuencias de ceder ante las tentaciones de cualquier naturaleza, y se cubría con el Poder de Dios, Jesús no era un loco que salía a vociferar ni a exigir su derecho, Él clamaba al Padre y esperaba confiado.

Emulemos a Jesús en todo, en su constante relación con el Padre, en su amor al prójimo, en dejar de lado el «yo me  lo merezco porque es justo » y » porque me pertenece, porque el Señor, exhibe mi justicia como la luz y mi derecho como el mediodía».

Créanme, de una manera u otra, a todos nos ha tocado vivir los abusos y las injusticias, aún de aquellos que son parte de la fé, vivimos en un mundo lleno de injusticias, pero no nos toca a nosotros juzgar, peleemos nuestras batallas con el mejor de las armaduras, la oración, dejémonos tocar por el Espíritu Santo y pidámosle nos llene de los dones de su Santo Espíritu para accionar bajo la fe y de acuerdo a las enseñanzas de Jesús, que en el tiempo de Dios, veremos la justicia y seremos victoriosos, más allá de lo que imaginábamos.



Mayra De Peña

Lic. en Contabilidad, egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), graduada de Periodista, en el Instituto Dominicano de Periodismo (IDP). Locutora, con un Diplomado en Comercio Exterior, y Diplomado en Política Estratégica. He desempeñado diversas funciones dentro del sector Privado y Gubernamental. Hija de Dios y amante de la naturaleza. Creo en vivir a plenitud de manera equilibrada y en lo significativo de quererse y valorarse como individuo. Soy una feliz madre de tres hermosas hijas, creo en el matrimonio, en la institución familiar y en la importancia de predicar con el ejemplo. Amo escribir y con ello transmitir mi sentir y sobre todo tengo en alto estima alimentar el espíritu, pues de él mana la vida.

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