Kenia del Orbe
Es inaceptable que un grupo de mal llamados nacionalistas se den a la tarea de boicotear y apostar al fracaso del X Censo Nacional de Población y Vivienda 2022 de la República Dominicana que inició este 10 de noviembre y finalizará el 23. Vincular el censo a objetivos migratorios de regularización, es un grave error, es caer en lo más profundo del absurdo, es no conocer la finalidad principal de un estudio tan importante para cualquier país que tenga como visión trabajar de forma estratégica las políticas públicas de la nación.
Los censos son la fuente primaria más importante y amplia de información estadística. Dada su periodicidad es posible comparar los cambios en el tiempo y entre países ya que el levantamiento censal se realiza en fechas similares en casi toda América Latina y el Caribe. Sus resultados suministran los antecedentes básicos acerca de las viviendas, los hogares y las personas, además es el único instrumento capaz de proporcionar datos para niveles geográficos menores, así lo definen en su portal web la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), organismo del que nuestra República Dominicana es un Estado miembro.
Con la anterior definición sobre los censos, vemos la magnitud de importancia que tiene este tipo de investigación en la población, ya que, con sus resultados se podrá saber ¿cuántos somos?, ¿quiénes somos?, ¿cómo somos?, ¿dónde estamos?, ¿cómo vivimos?, ¿qué necesitamos? Con los datos obtenidos entre otras cuestiones, se podrán tomar decisiones para mejor la calidad de vida de la población dominicana, gracias a la planificación estratégica de políticas públicas que la citada herramienta permitirá diseñar y que sin duda repercutirán de forma positivas en la población. Además, este tipo de estudio es utilizado por las empresas y entidades sociales, tanto nacional como internacional.
Por otra parte, se hace preciso aclarar que, si tomamos en cuenta que el IX Censo Nacional de Población y Vivienda de la República Dominicana se realizó en el año 2010, y que los organismos internacionales y los expertos en el área recomiendan que los censos de población y vivienda se realicen cada 10 años, está más que clara la necesidad de ejecución de este nuevo censo, ya que, para su realización la Oficina Nacional de Estadística (ONE) se ha estado preparando desde agosto del 2020, pero entre otras cuestiones y por razones sanitarias no fue posible ejecutarlo antes.
Es una pena que el nuevo censo esté generando un debate absurdo, inútil e innecesario entre fuerzas políticas y sociedad. Entendemos que el censo no debería convertirse en un tema político, porque sería un atentado contra el bienestar social de nuestro país. En ese sentido, aprovechamos este escenario para hacer un llamado a la sociedad de que apoyemos el X Censo Nacional de Población y Vivienda 2022, decir sí a los empadronadores/as y no a los boicoteadores/as.
