El presidente Barack Obama se anota otro punto a su favor cuando haciendo caso omiso a los extremistas decide visitar Cuba junto a su esposa e hijas.
Un hecho que sin duda marcará un hito en la historia del continente.
Obama ha sido valiente al reconocer que el bloqueo económico contra la mayor de las Antillas ha sido inútil y que a quienes más ha perjudicado ha sido a los más pobres dentro de la isla.
Admirable es el valor del pueblo cubano para resistir 57 años el bloqueo, y no obstante poder exhibir logros notables en salud, educación y en el desarrollo de un capital humano envidiable.
Cuba y el legendario Fidel Castro representan la dignidad de toda nuestra América morena, porque nunca se doblegaron ante el poderoso.
Estados Unidos introdujo formalmente el bloqueo comercial completo contra Cuba el 3 de febrero 1962 a través de un decreto del presidente John F. Kennedy.
Con el tiempo, el bloqueo fue endurecido con la llamada Ley Torricelly (1992) y luego con la Helms-Burton (1996).
Entre otras medidas absurdas, se prohibió a los ciudadanos estadounidenses visitar Cuba y realizar cualquier tipo de negocio en el Estado cubano sin un permiso especial, mientras que a las compañías estadounidenses en otros países se les impidió trabajar con empresas cubanas, exportar a EE. UU. productos cubanos o que contuvieran componentes procedentes de la isla. Se trató de una auténtica guerra, aunque en el plano económico.
Nadie discute hoy que ese brutal bloqueo del país más poderoso de la tierra afectó drásticamente el desarrollo de una pequeña isla enclavada en el Caribe situada a tan solo 90 millas de distancia.
El Gobierno cubano estima que en términos económicos el bloqueo ha significado pérdidas superiores a los 104 mil millones de dólares .
El objetivo era doblegar a la Revolución. Pero la Cuba del Che, Fidel y Raúl resultó ser tan “indómita y brava” que ni el coloso imperio del norte pudo contra ella, y ahora ha tenido que negociar de igual a igual.
Lo cual habla muy bien de ambas partes.
El bloqueo no ha terminado, es cierto, pero terminará, como ha dicho Obama. De todos modos, este acercamiento es un gran avance en la dirección correcta.
Otra lección: ni EE. UU. renuncia a su condición de país capitalistas, ni Cuba reniega del socialismo.
La visita de Obama y el giro de la política de Estados Unidos frente a Cuba demuestra la importancia de la tolerancia y el respeto mutuo, algo que deberían copiar algunos políticos criollos capaces de matarse entre si por una candidatura a regidor en Cambita Garabito.
Qué viva la autodeterminación de los pueblos, pues como diría Benito Juárez, “el respeto al derecho ajeno es la paz”..