La hipocresía como norma

La hipocresía como norma

La hipocresía como norma

Santiago Estrella Veloz

Soy de los que creen que la reelección no es mala en sí misma, sino por los vicios que genera. El principal es el uso de los recursos del Estado para sonsacar adversarios, pagar propaganda o contribuir a ella.

Otro peligro es que puede imponerse con trampas o por la fuerza, como ha sucedido más de una vez a lo largo de nuestra Historia.

Pero no seamos hipócritas. Hoy día, a cada momento vemos a dirigentes políticos que despotrican contra el real o supuesto uso de los recursos del Estado para contribuir a la reelección, cuando en el pasado ellos hicieron lo mismo o guardaron silencio.

Entonces no les convenía, porque estaban en el Gobierno o simplemente la apoyaban. Nadie duda que los que vengan no harán lo mismo.

Hay quienes están convencidos de que la reelección es una tragedia, pero se reeligen en los sindicatos, en las federaciones de transporte, en los gremios profesionales, en las ONG y en los mismos partidos políticos, donde sus directivos parecen ser vitalicios.

Hay algunos de esos reeleccionistas que usan sus influencias y hasta del dinero de sus organizaciones para permanecer en sus cargos. En esos casos, la reelección no es mala.

Ocurre lo mismo cuando se habla de las famosas “comisiones” que reciben algunos funcionarios al hacer compras del Estado o ayudan a terceros formalizar contratos.

Esa práctica, establecida desde que el Gran Almirante del Mar Océano exigió a los Reyes de España, en las Capitulaciones de Santa Fe, para que se le otorgara un porcentaje de las tierras y el oro que descubriera en el Nuevo Mundo, se mantiene en todo su esplendor, no obstante haber transcurrido más de cinco siglos desde su inicio.

La hiprocresía como norma siempre ha estado vinculada a los hábitos de mala fe y solo sirve para engañar a los incautos.



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