La gran disyuntiva del futuro

Desde hace décadas, el deporte se ha visto afectado por una serie de factores de carácter políticos y económicos, que en innúmeras ocasiones han puesto en peligro el desarrollo y desenvolvimiento del olímpico.

Las luchas entre los gigantes que se disputan el dominio del mundo, mediante bloqueos económicos y la fuerza militar, han y utilizan el deporte para beneficio de sus intereses, incidiendo negativamente, a pesar de que reconocen, sin importar su visión, como de vital importancia para el desarrollo humano.

La lucha de poder entre los diferentes bloques, han originado intervenciones de todo tipo, que han puesto al deporte casi de rodillas, a pedir “cacao”, como decimos popularmente.

Las crisis que está vive el mundo, con más énfasis, durante en los últimos cinco años, producto de la epidemia del COVID, y de los diferentes conflictos armados, han colocado a las economías, en un callejón con escasas opciones de salida, donde en ocasiones se pone en duda, si invertir en deportes o en otros renglones.

Pero aun así, ante este dilema que se esgrime, el deporte tiene desde sus orígenes, una fortaleza de tal magnitud, que tras subsanar las contradicciones históricas entre bandos en disputa, todo vuelve a la normalidad, dando el debido reconocimiento e importancia a esa actividad.

Que eso quede bastante claro, porque todavía hay gente con poder político, que no logran o no les interesa digerir esa realidad irrebatible.

Por eso, hay que festejar que los recursos para los Centroamericanos y del Caribe, Santo Domingo 2026, fueron asegurados porlas autoridades, con el objetivo de que todo fluya sin problemas.

Lo que sí está en el limbo, cual país asumirá la próxima sede de estos juegos, ya que hasta ahora, ninguno , se ha interesado en asumir, lo que en verdad, constituye un dolor de cabeza.