Santo Domingo.- Los partidos políticos son las entidades que menos confianza generan en la población, quedando por debajo del Gobierno, la Policía Nacional y el Congreso de la República.
Solo un 20.4% de la población manifiesta tener algún tipo de confianza en los partidos políticos, con un 14% que dice confiar "algo" y un 6.4% que asegura confiar "mucho".
Un informe elaborado por Participación Ciudadana, en colaboración con la Unión Europea y basado en los resultados de la Encuesta en Cultura Democrática 2024, indica que en sentido opuesto de las métricas, los partidos acumulan el porcentaje más alto de desconfianza extrema: un 43.9% de la ciudadanía afirma que no confía “nada” en ellos.
Elaboración del estudio sobre partidos políticos y sistema electoral
El estudio, denominado: “Diagnóstico del sistema electoral y de partidos de la República Dominicana: propuestas para reformar las leyes de partidos y del régimen electoral”, coordinado por el consultor Gustavo Oliva Álvarez, muestra que a los partidos les siguen en bajos niveles de confianza:
- Gobierno (20.8%)
- Congreso (21.5%)
- Policía Nacional (22.2%)
- Justicia (28.1%)
En mejor situación se encuentran:
- Procuraduría (30%)
- Ayuntamientos (32.7%)
- Fuerzas Armadas (36.9%)
- Presidente (38.6%)
- Junta Central Electoral (JCE) (41.1%)
Los partidos políticos: poca legitimidad y desconexión social
Según el informe, la desconfianza generalizada hacia los partidos políticos es un síntoma evidente de su escasa legitimidad como vehículos de representación de los intereses de la población.
"No obstante, la percepción negativa de los partidos políticos es un mal endémico en casi todas las democracias latinoamericanas, dándose la paradoja de que las formaciones políticas dominicanas se encuentran entre las más confiables de la región".
El documento explica que, al igual que ocurre con la confianza en la JCE y en el proceso electoral, las fluctuaciones en la percepción sobre los partidos están directamente asociadas al ciclo político.
"Si bien tras el desgaste que acompaña a cada presidencia la alternancia produce un aumento del indicador, la desconfianza es acumulativa: con cada ciclo político, la confianza en partidos alcanza un nuevo suelo, pero no se recupera hasta niveles máximos previos".
Además, señala que la creciente desconexión entre partidos y sociedad se traduce en apatía y hostilidad ciudadanas hacia las formaciones políticas.
"En el 2023, se bate el récord histórico con un 42% de dominicanos considerando que la democracia puede funcionar prescindiendo de los partidos".
Sobre la Junta Central Electoral (JCE)
En contraste, la JCE es la institución pública mejor valorada por la ciudadanía dominicana.
No obstante, y pese a su prestigio relativo, una mayoría del 56.0% dice confiar poco o nada en su labor.
El informe sostiene que esta desconfianza no obedece exclusivamente a la administración electoral, sino a la percepción de que el sistema está diseñado para favorecer a las élites gobernantes, en detrimento de la competencia justa y la representación plural.
Irregularidades, clientelismo y financiamiento opaco
Uno de los aspectos más alarmantes que documenta el estudio es la persistencia del clientelismo electoral.
Aunque la compra de votos está penalizada por la Ley 20-23, la práctica sigue siendo generalizada.
Solo en la campaña de 2024 se estiman más de RD$ 600 millones en gastos potencialmente clientelares, incluyendo donaciones en efectivo, materiales de construcción, alimentos y electrodomésticos.
Además, el informe denuncia la opacidad del financiamiento de campañas. La legislación vigente:
- No exige transparencia efectiva a los candidatos.
- Permite el subreporte de ingresos.
- Carece de sanciones claras, lo que facilita la entrada de dinero ilícito y fortalece el control del sistema por intereses privados.
Concentración del poder en partidos políticos mayoritarios
El sistema electoral actual favorece fuertemente a los partidos mayoritarios, especialmente al que gana la primera mayoría.
En las elecciones legislativas de 2024, el PRM y sus aliados obtuvieron el 60% de los votos, pero lograron el 76.8% de los escaños en la Cámara de Diputados.
Este resultado les otorga una supermayoría, lo que les permite aprobar reformas constitucionales y nombrar autoridades sin necesidad de consensos.
El estudio califica este resultado como un sesgo sistémico, originado principalmente en la predominancia de circunscripciones pequeñas (menos de cinco escaños). Estas funcionan como sistemas mayoritarios disfrazados, excluyendo a fuerzas emergentes y castigando severamente a terceros partidos como la Fuerza del Pueblo (FP) y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Propuestas de reforma
El informe propone una serie de reformas estructurales aquí citamos alguna de ellas
Circunscripción nacional de compensación
Crear una circunscripción adicional que reparta escaños de forma proporcional entre partidos que superen un umbral mínimo. Esto corregiría el sesgo mayoritario y facilitaría la entrada de nuevas fuerzas políticas.
Fusión de distritos electorales pequeños
Unificar circunscripciones con escasa representación para evitar que provincias vulnerables al clientelismo concentren poder desproporcionado en el Congreso.
Reforma de la fórmula electoral
Reemplazar el método D’Hondt por fórmulas más proporcionales, como Sainte-Laguë, que distribuyen los escaños de forma más justa.
Financiamiento político más justo y transparente
Rediseñar el financiamiento público, considerando criterios como representación territorial, institucionalidad interna y transparencia. También se propone prohibir expresamente el gasto clientelar y establecer un régimen de sanciones efectivo.
Semillero para partidos emergentes
Crear un fondo específico que permita a partidos nuevos superar barreras de entrada, construir estructuras y competir en igualdad de condiciones.
El informe concluye diciendo que las reformas legales son necesarias pero no suficientes. Es imprescindible alinear:
- Cultura política
- Incentivos del sistema
- Rendición de cuentas
“Si las reglas del juego siguen sirviendo solo a los más fuertes, la democracia será cada vez más formal y menos real”, advierte el estudio, llamando a los actores políticos a asumir con seriedad la urgencia de un nuevo pacto electoral para el país.
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