En la economía dominicana, las actividades turísticas y sus conexos se han constituido en la principal fuerza económica, que sin extraer riquezas del suelo o traficar en actividades ilícitas, constituyen el motor que mas mueve empleos, mercado agrícola, generación de divisas, inversión extranjera, criterios de competitividad y muchos otros factores positivos, que hasta hoy, opacan por mucho sus secuelas negativas.

La inversión de empresas y personas, mayormente extranjeras, comenzando por europeos, en el turismo en los últimos 25 años ha podido exhibir una expansión que le permite hoy contar con más de 68 mil habitaciones en 700 establecimientos diferentes en unos 60 destinos a todo lo largo y ancho del país, con mayor concentración en el área Uvero Alto-Bávaro-Punta Cana.

Estas facilidades, junto con la expansión en la oferta de movilidad aérea y ahora también de cruceros turísticos, han permitido la llegada al país el año pasado de unos 6.15 millones de turistas, de los cuales 5.6 millones fueron no residentes, y en le presente año, al cierre de junio, ya exceden los 3.7 millones, por lo cual se espera un incremento importante sobre las llegadas del año pasado.

De una manera u otra toda esta actividad aporta cerca del 25% del total de divisas extranjeras que ingresan al país, que se espera este año excedan los US$6 mil millones.

Adicionalmente, se ha llegado a citar que la actividad turística directa e indirectamente genera el 20% del empleo y constituye una demanda anual de productos agrícolas y otros rubros nacionales, por encima de los RD$22 mil millones.

Estas cifras tan impactantes, aportadas por Asonahores, el Banco Central e investigaciones privadas, obligan a la concientización nacional y sobre lo cual hay aun mucho por hacer.

Reforcemos entre la colectividad la importancia de preservar todo el sistema alrededor del turismo, incluyendo su sostenibilidad ecológica y medioambiental.