Puerto Príncipe.- La frontera entre Haití y República Dominicana es un concurrido paso para las mercancías, pero también para los haitianos que son deportados desde territorio dominicano.
Según pudo comprobar estos días EFE en Belladère, en el oeste de Haití y punto limítrofe con Elías Piña en la parte dominicana, en la frontera se alinean los camiones provenientes de República Dominicana, a primera hora los que llevan productos que serán vendidos en mercados haitianos y, ya por la tarde, otros con inmigrantes que son repatriados.
De los camiones, descienden los deportados, en gran parte hombres jóvenes, pero también mujeres y niños.
Las personas deportadas denuncian a EFE que en República Dominicana son sacadas directamente de sus lugares de trabajo, sus casas o de la calle y luego llevadas a Haití o a centros de detención hasta el momento de su repatriación.
Consideran que en muchas ocasiones no se respeta su dignidad y se quejan de las condiciones de detención en, aseguran, lugares sin privacidad y a veces sin las condiciones sanitarias necesarias.
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Además, lamentan en ocasiones el trato recibido y, en algunos casos, incluso hablan de expulsiones “violentas».
A su llegada a Haití, estos migrantes son atendidos por funcionarios de Salud Pública y miembros de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), quienes les proporcionan comida y bebida y, si es necesario, facilitan su acceso a los servicios sanitarios.
Un hombre haitiano, que se identifica como Nelson Alexandre y que se dedica a pasar personas de un lado a otro de la frontera de forma irregular, dice a EFE que, pese a las expulsiones, la mayoría de los haitianos deportados regresan el mismo día a República Dominicana, país del que Haití es uno de sus principales socios comerciales y donde trabajan numerosos haitianos.
Según datos de la Dirección General de Migración de República Dominicana, en el primer semestre del año se deportó a sus países a 67.844 extranjeros, de ellos la inmensa mayoría haitianos (66.227).
Por su parte, la OIM informó a mediados de julio pasado de que unos 86.000 haitianos habían sido “devueltos a la fuerza” a su país en lo que iba de año desde naciones vecinas, aunque sin especificar cuáles.
Pese a las críticas de la OIM y la ONU en general a los retornos forzosos a Haití y los llamamientos desde múltiples instancias a parar las deportaciones ante la crisis y la inseguridad en Haití, el año pasado 216.000 haitianos fueron deportados desde países vecinos, según el informe de 2023 de esa agencia de Naciones Unidas.