La FINA y transgénero

La FINA y transgénero

La FINA y transgénero

Dimaggio Abreu.

La Federación Internacional de Natación acaba de aprobar una nueva normativa que pone freno a la participación, sin reservas, de nadadoras transgénero (hombres que cambiaron de sexo) en las competencias femeninas.

Es un punto en que se imponía una intervención urgente y precisa de la FINA, a raíz de la controversia surgida en Estados Unidos con Lia Thomas, una atleta que como hombre no le ganaba a nadie y tras una ‘reasignación’ de sexo, arrasa en competencias contra mujeres y ha encontrado el rechazo de la mayoría de las damas nadadoras.

Ahora con 22 años y representando a la Universidad de Pennsylvania, Thomas ha pulverizado marca tras otra en la NCAA, superando incluso récords de nadadoras olímpicas. Ya no podrá hacerlo, porque la normativa es de vigencia inmediata.

Ese avasallamiento revalida los resultados de estudios científicos que demuestran que hay superioridad física de las mujeres transgénero sobre las cisgénero, como se designa a las que nacieron mujer y lo siguen siendo, lo cual encaja a la perfección con el aspecto biológico, que da mayor fortaleza al hombre sobre la mujer.

Es preciso aclarar, que la FINA no prohibió tajantemente el que hombres operados para cambiar de género compitan con mujeres. Sí lo pueden hacer, si el cambio se hizo antes de cumplir 12 años, es decir, antes de la pubertad masculina.

Transexuales aparte, la nueva normativa establece un límite en los niveles de testosterona (hormona sexual masculina) permitidos para poder competir en la categoría femenina. Esta es una medida que las atletas profesionales le reclamaban al órgano mundial.

En interés de proteger el derecho a la competición de todo atleta, se ha informado, la FINA podría crear una categoría abierta, en la que accionen las personas transgénero, lo cual vemos cónsono con el derecho que asiste a todo ser humano de practicar deporte, pero en igualdad de condiciones para todos.

La atinada decisión de la rectoría mundial de la Natación llega en momento en que se exacerba lo que muchos llaman “ideología de género”, en que se pretende contravenir lo natural disfrazado de “derecho a elegir”.

Incluso, está en marcha una agenda internacional tendente a excluir el término ‘mujer’ y su plural, para por ejemplo, en lugar de referirse a las “mujeres embarazadas”, expresarlo como “personas embarazadas”. No entendemos hasta dónde se pretende llegar.

Esta medida de la FINA podría servir de freno a una creciente cantidad de jóvenes que deciden hacer el proceso la transición de género, ya que, al menos en natación, no tendrían el incentivo de hacerlo para tener ventaja competitiva.

Esta misma semana leímos una información que da cuenta de que muchos jóvenes que lo hicieron se han arrepentido y comenzaron la “detransición”, para volver a su sexo biológico porque se sienten mejor.

La FINA adoptó la nueva normativa en su Congreso Extraordinario celebrado en Budapest (capital de Hungría) y fue aprobada por el 71 % de las 152 federaciones nacionales que la conforman. Sería bueno saber cuál fue la posición que adoptó la Federación Dominicana de Natación que preside Radhamés Tavárez.