Estamos viviendo uno de los momentos más dramáticos del deporte en la República Dominicana, aunque en apariencia todo se presenta en tranquilidad absoluta, dado que los grupos en disputa por los intereses creados, no quieren demostrar la crisis que está a las puertas de la esquina.
En la actualidad, hay una guerra que no tiene parangón en la historia deportiva del movimiento deportivo nacional.
La lucha se centra en dos o tres grupos que se disputan el control de los recursos que llegan por distintas vías al movimiento olímpico.
En esa batalla sin cuartel, los partidos políticos de mayor calado, tienen una incidencia de primer nivel, a sabiendas de que el control del mismo representa un pastel electoral.
Y en momentos en que todos las organizaciones quieren demostrar su poderío, dominar las federaciones, asociaciones y clubes, es un pae trascendente, aunque para el público ajeno a esa actividad no lo perciba.
En los próximos días, veremos como desde todos los sectores, se desbordarán recursos económicos de gran envergadura, tras el objetivo de dominar a los principales organismos que inciden en el deporte nacional.
Aunque desde siempre los principales dirigentes deportivos se han definido como “neutrales” en términos políticos-partidista, la realidad es que todos están envueltos directamente en esa actividad.
Y es que no hay nadie que sea ente imparcial en las luchas por el control de las instituciones que rigen el deporte.
Es tan así, qhaciendo un recuento histórico, todos los dirigentes que se han identificado por una organización que logra o tiene el poder, han sacado pingues beneficios económicos y de otra ;indoles, a la velocidad del rayo.