Sin fe es imposible agradar a Dios. La fe es la esencia de nuestra existencia.
La fe nos hace conscientes de lo que somos, seres humanos nacidos para creer.
La fe nos conduce a creer en un Dios que tiene un plan redentor para todos nosotros.
La fe nos permite saber que no hay nada imposible para Dios. “La fe mueve montañas”.
No me imagino un mundo sin fe en Dios. Qué sería del hombre si perdiera la esperanza en Dios.
La fe en Dios es el equilibrio constante para la gente que ha perdido la confianza en el hombre.
En la Edad Cosmológica en la que nos hallamos actualmente, donde el hombre está desarrollando tecnologías que le permitirán llevar a la humanidad a vivir fuera del planeta, es el proceso que se tomará como punta de lanza para que el hombre pierda toda fe en Dios. “Y las ciencias se aumentarán”, dice la Biblia.
La tendencia habitual del hombre es “dudar” de Dios cuando descubrimos o inventamos algo para demostrar que somos capaces y autosuficientes y que por tanto no necesitamos a Dios para realizar tales cosas.
Es prioridad que cada uno de nosotros procure aferrarse a defender esta fe, la cual hemos recibido por medio de Dios.
Efesios 6:16: Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con el cual usted deberá ser capaz de apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Como creyentes tenemos que reconocer que la fe es quizás el aspecto más importante de nuestras vidas. Sin la fe en Jesucristo nuestro Salvador y redentor, no somos nada.
Es pues la fe la certeza de lo que se espera… la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1